“Pareja abierta” de Franca Rame y Darío Fo es la risa en obra, es la cotidianidad conyugal convertida en comedia, son los detalles que afirman que la persona que engaña disfruta hasta que su cónyuge le hace lo mismo. Los autores relatan la relación de un matrimonio de muchos años que intenta salvar su amorío dándose libertad para conseguir otra pareja. La obra es un diálogo entre solo dos actores: ella se llama Antonia; él, Pío Antonini. Durante sus discusiones, ellos se dirigen al público para informarles que lo que ellos conversan no es suficiente para entender la obra; por lo tanto, recuerdan hechos y momentos.
Antonia no soportaba que su marido le fuera infiel, así que buscaba la forma suicida de hacerlo caer en la cuenta de que si no le prestaba más atención a ella se quitaría la vida como fuese. En cambio, él amenazaba con irse de casa, si continuaba con sus estúpidas ideas. Pío le propuso que fueran como aquellas parejas modernas, que para cambiar la rutina buscaban a terceros. Al principio, ella se negó, pero su propio hijo, que fue personificado por su marido, en la obra, la convenció.
Los autores pusieron más de dos personajes en el texto, aunque solo dos hablaran. La interacción con el público por parte de los personajes era, a medida que avanzaba la obra, más intensa. Es más, en el público dizque había cuatro amigas de Antonia. En su papel de conquistadora, no le fue tan bien como a su marido; sin embargo, él la animaba para que siguiera intentándolo…, y volvían las ideas de suicidio. Cuando ella empezó a trabajar en un centro de ayuda para drogadictos, cambió tanto que Pío empezó a interrogarla con el objetivo de comprobar que ese cambio se debía a un nuevo amorío; ella se lo confirmó. Cada vez que Pío se ponía nervioso, se le hinchaba la tripa. Esta vez, no fue la excepción; sin embargo, disimuló estar contento por ella.
Antonia describió a su amante como casi un héroe, con muchas cualidades y un solo defecto: una hija drogadicta, cliente del centro donde trabajaba. Pío Antonini se alegró de que no existiera tal perfección. El amante era roquero, nominado al premio Nobel y compositor de la canción que cantó Antonia a su marido, pocos minutos antes de que le dijera que se fuera porque su pretendiente pasaría a por ella.
Los autores se encargan de argumentar el famoso dicho <<El que ríe de último ríe mejor>>. Pío se arrepintió de haberle propuesto a su mujer la tonta idea de pareja abierta… Mientras que ella le hacía entender que las mujeres no solamente cambian por causa de los hombres, sonó el teléfono, contestó ella, simuló que era el roquero y frente a su exmarido, le juró que estaba sola. Después de que volvió a echarlo, él tomó la bufanda que llevaba puesta e intentó asesinarla, pero la situación duró hasta que su estómago le recordó que nuevamente estaba nervioso. Luego de acosarla, tumbarla en la mesa y desnudarla, ella lo trató de imbécil; él le aconsejó que se encontrara a sí misma, volviendo a ser la Antonia de antes. Par ella el consejo fue estúpido. Antonia le explicó que su amante fue un apoyo para ella en sus crisis y que ella había sido un apoyo para él en las suyas. Le contó que habían ido a Parma y habían hecho el amor. Antonia volvió a echarlo de la casa, pero él quería conocer al amante de su mujer, entonces, como Antonia insistía en que se fuera, decidió suicidarse, tirándose del alféizar, pero ella le quitó esas ideas de la cabeza. Luego, tomó una pistola que se disparó cuando Antonia intentaba quitar el brazo de él de su hombro; el tiro rosó el pie de ella pero no fue nada grave. Sin embargo, cuando él decidió meterse en la bañera y tocar el calentador, ella le confesó que todo había sido una mentira, que su amante no existía. Entonces, él también confesó y le demostró que jamás había intentado suicidarse… que todo era un juego.
Pero mientras Pío cantaba de felicidad Antonia contestó el teléfono… y tan pronto como él se enteró de que el que llamaba era el roquero, se metió en la bañera y se oyó una gran explosión.
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