El Tió
de Nadal
Jhon Monsalve
Artículo
publicado en Revista Coito: http://www.facebook.com/revistacoito
De la
misma manera que Dios, la Navidad es una invención del hombre. También varía
según la cultura o la tradición. No vengamos ahora con que el dios de la
cultura israelita es el dios de todos los humanos del mundo, porque estaríamos
adoptando (como lo hemos hecho por siglos) a nuestra cultura el dios de otra. Y
lo peor es que negamos a nuestros propios dioses y tratamos de paganos a
nuestros aborígenes. Qué ignorancia, que falta de respeto hacia lo nuestro,
hacia nuestras raíces. Pero bueno, total, lo que venía a decirles era que la
Navidad también varía dependiendo de la cultura o de la tradición... Y también
que hay una celebración que puede hacer vomitar de asco o de risa a algunos
lectores; una celebración navideña que, como la nuestra, tal vez dé risa y
produzca vómito en otras civilizaciones.
Sucede
en Cataluña y se denomina Tió de Nadal, que traducido literalmente sería Tronco
de Navidad. Este tronquito es el equivalente de un Papá Noel en nuestra
cultura. Trae regalos también, también se le estimula, aunque no con cartas,
para que traiga regalitos. También por lo de Tronco podría equipararse a
nuestro (bueno, al de ustedes) Árbol de Navidad, que también trae regalitos,
que se ponen a los pies del árbol cuando la familia es de las que pueden sonreír
por esas fechas porque no tienen hambre.
Imagínense
a un tronco parado en dos o cuatro patas de madera, con una sonrisa dibujada,
con unos ojos amigables y con trapo que le tapa la espalda para que no le dé
frío en épocas navideñas. Ahora llévenle chocolate, amasijos, traten de que
coma todo lo posible porque de eso dependerán los regalitos este año. Denle de
comer más de tres veces al día, verifiquen si tiene o no frío, si alguien por
maldad le quitó la manta, cuídenlo porque de él depende si se comen o no
golosinas el 25 de diciembre.
Estas
instrucciones se reiteran cada fin de año en Cataluña, España. Las empresas que
trabajan con madera aprovechan las fechas para hacer negocio: las tradiciones
de una sociedad, y más cuando es capitalista, siempre estarán ligadas al
mercado, a lo que más se venda. Y no es la excepción ni en Cataluña, ni en
Colombia, donde se empiezan a vender Papás Noel desde octubre, junto con los
disfraces de Halloween.
Después
de que usted haya alimentado al Tió de Nadal, que lo haya cuidado con paciencia
y con esmero, el mismo día que nace Jesús, agarre un palo o cualquier barrote y
golpéelo para que cague los regalos. Sí, como lo leyó, para que CAGUE los
regalos. Tal vez los catalanes sean más consciente, y sin saberlo, de que lo
más parecido a la Navidad, o por lo menos a los regalos, es la mierda. Miren los niños lo que cantan en lugar de
villancicos estúpidos, como los nuestros, en los que se europeízan los
personajes bíblicos y sus acciones (dizque la virgen con cabellos de oro y con
un peine de plata fina); miren lo que cantan muy animadamente en Cataluña:
¡Caga, tio!,
almendras y turrón;
no cagues arenques
que son demasiado salados;
caga turrones
que están más buenos
caga, tio,
almendras y turrón.
Si no quieres cagar,
te daré un golpe de bastón.
¡Caga tió!
¿Se
sorprendieron? Si sí: dense cuenta de cómo otras culturas se sorprenderán de
nuestras estupideces. Si no: son conscientes de que tal celebración depende de
lo cultural, de la tradición. Del mismo modo como nuestro (bueno, el de
ustedes) Dios, fue adoptado por obligación en nuestra idiosincrasia, así mismo,
rezo por estas fechas para que el Tió de Nadal venga a cagarnos nuestras
fiestas.