Influencia de la mitología clásica en los sonetos de Garcilaso
En este texto, se tratarán de exponer algunos matices de la mitología clásica que pueden notarse en los textos del poeta español Garcilaso de la Vega. Se tendrán en cuenta tres de sus sonetos: XII, XIII, XXIX; en el primero, se logra observar cierta similitud entre el sentimiento del yo poético y dos personajes de la antigua mitología; en los siguientes, se sintetizan dos mitos en la, tal vez, mejor estructura de la poesía: dos cuartetos que introducen y dos tercetos que concluyen.
En el soneto XII, se encuentran acciones de dos de los personajes de la ya nombrada mitología: Ícaro y Faetón. El primero era hijo de Dédalo que, prisionero en un laberinto, decide escapar volando después de hacer alas para él y su hijo. El yo poético cita el momento en que la cera de las alas de Ícaro se derritió por causa del sol, aun cuando su padre lo había prevenido, y la caída al mar donde se ahogó. Ahora, puede verse en el segundo terceto, la representación de Faetón que murió como Ícaro después de haber perdido el control del sol que al fin fue detenido por Zeus… Faetón se ahogó en el río Erídano. Así, podría decirse que el recuerdo de estos mitos ejemplifica el momento del sentimiento del yo poético.
En el soneto XIII, se relata la transformación de Dafne en laurel debido a la, tal vez, fastidiosa persecución amorosa de Apolo que, enamorado de ella por culpa de una flecha de Eros, no era correspondido debido a otra flecha que el mismo arquero le lanzó a Dafne para que naciera desprecio hacia Apolo en lugar de amor. Dafne imploró al dios del río Peneo para que la ayudase, y éste la convirtió en árbol. Esta metamorfosis se evidencia en este soneto que culmina con las lágrimas de Apolo junto al laurel que hace crecer. Otra situación de amor, pero sí correspondida, se encuentra en el soneto XXIX donde se relatan los momentos vividos por Leandro antes de su muerte, mientras cruzaba el Helesponto nadando, como de costumbre, guiado por una lámpara que encendía Hero, su novia, con quien hacía el amor todas las noches. Ahora bien, el soneto se centra en la noche de tormenta en que la lámpara se apagó. El poeta presenta la conversación inútil de Leandro con las olas del mar, a las que propone morir, de regreso, después de ver a su novia.
De esta manera, podría afirmarse que los matices de la mitología clásica en los sonetos de Garcilaso de la Vega se presentan como síntesis del mito original, como relatos de algún momento particular o como complemento de similitud entre el sentimiento del yo poético y los momentos de la historia mítica.
Por último, se citará al escritor alemán Emil Staiger para complementar una última idea:
“He aquí la influencia de un arte que no cautiva como el épico, ni conmueve y excita como el dramático. (…). Cuando esta inspiración se produce, el lector ha de estar en una actitud abierta, receptora. Y está abierto cuando su alma está acordada con el alma del poeta.”[1]
Pues bien, el alma del lector no estará acordada con el alma del poeta, ni la actitud del primero estará abierta, si desconoce, en el momento de leer estos tres sonetos, aquellos matices de la mitología clásica que aquí ya fueron expuestos.
[1]STAIGER, Emil. Conceptos fundamentales de poética. Madrid: ediciones RIALP S.A., 1966. Pág. 66.