EL
ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR ALLAN POE: WILLIAM LEGRAND VS. WILLIAM KIDD: DEL PEQUEÑO AL GRANDE
Jhon
Monsalve
Imagen tomada de internet
Edgar
Allan Poe es reconocido en el mundo de la literatura por ser, junto a
Maupassant y Chéjov, uno de los padres de la narrativa breve. También escribió
poesía, aunque es menos valorado por ello. Ya en cierta ocasión intenté hacer
un análisis de uno de sus poemas: Un sueño en un sueño. Pero retomemos la idea
de la paternidad en la cuentística universal y demostrémosla por medio de un
pequeño y tal vez muy elemental comentario del cuento “El escarabajo de oro”,
publicado en 1843. Más precisamente me centraré en la importancia del nombre de
aquel caballero y en la significación que conlleva.
Ya nos es sabido que los nombres van muy
acorde con las acciones de los personajes. Ya lo hemos visto en el análisis
sobre “El extraño caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde”, donde este último vivía
escondido (hide) dentro del cuerpo del primero. Del mismo modo, García Márquez
trata de relacionar los nombres dependiendo de las acciones de los personajes;
recordemos a Remedios, la bella, o a Florentino Ariza. Y en este cuento de Poe
se juega con las diferentes acepciones de la palabra kid, que significa tanto cabrito como niño.
Para
comprender a qué me refiero con el título “Del pequeño al grande”, retomemos un
poco el hilo narrativo: en este cuento, se evidencia la capacidad de un misántropo
de descifrar un enigma escrito en un pergamino y que conducía, según sus reflexiones,
a un tesoro. Este hombre, que desde hacía algún tiempo, había perdido su
fortuna, halló un día, en una playa de la Costa Atlántica, un escarabajo que,
según la percepción de Júpiter, su criado, y de él mismo, era de extraña
figura, de un peso fuera de lo común y de un color dorado, similar al oro. El
narrador, que era amigo de William Legrand, fue un día a la cabaña de este a
pasar la noche allí, justo cuando habían encontrado este animal y lo habían
prestado a un teniente de la región. Por esta razón, William dibujó el
escarabajo en un papel que encontró en uno de sus bolsillos y que había hallado también junto al animal de oro. Según
lo percibido por el narrador, después de que, teniendo en cuenta que hacía un
poco de frío, se acercó a una especie de fogata dentro de la cabaña y luego de
que el perro de Legrand lo saludara calurosamente, allegó lo suficiente el
papel al fuego… después de todo ello, descubrió que el tal escarabajo tenía
forma de calavera. William se dio cuenta de que así era e inició desde ese
momento un proceso de investigación interpretativa para descubrir tal enigma.
Se ausentó mentalmente por algún tiempo y pensaron que podría estar enfermo. Pasado
el tiempo, Legrand invitó a su amigo y a Júpiter a una excursión tras la
búsqueda de un tesoro. Después de un error de Júpiter (narrado con un humor muy
característico), fallaron en el intento, pero gracias a que Legrand se dio
cuenta de tal falla, pudieron dar con el botín. Después de llegar a casa, y
tras las preguntas del amigo, es decir, el narrador, William Legrand explicó el
método que usó para descifrar el código que indicaba el lugar en donde estaba
el tesoro.
Finales
similares al de este cuento los encontramos en obras policíacas, al estilo de
Agatha Christie, Arthur Conan Doyle o, más recientemente, Dan Brown. Los que en
esta novelas, respectivamente, encuentran el sentido del crimen o del robo, del
modo en que se encuentra un tesoro, son Hércules Poirot, Sherlock Holmes y
Robert Langdon. Todos grandes, muy inteligentes y con características fijas y
establecidas por sus creadores. Del mismo modo, Wiliam Legrand, con una mente
brillante y un método perfecto, logra llegar al clímax de la búsqueda. Pero… ¿dónde
está lo grande y quién es William Kidd?
William
Kidd fue el pirata (un corsario, para algunos… total, un personaje histórico),
que según Legrand, elaboró el enigma del tesoro escondido. Kid (con una sola d)
significa Cabrito, tal y como el corsario lo dibujó en el pergamino. Pero
también significa Niño, y de esto se aprovecha el autor para configurar las
acciones de William Legrand con su nombre. “Le grand” significa El grande (en
lengua francesa), el que pasó en inteligencia al Kid, el único que conocía el
lugar donde se hallaba el tesoro... William Legrand VS. William Kidd es un
juego lingüístico muy interesante, cuya pertinencia encaja dentro del marco de
las acciones de cada personaje. Tal vez, por todo ello, merezca Edgar Allan Poe
ser llamado también Legrand.
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