“EL PRINCIPITO”, DE SAINT-EXUPÉRY,
Y LA ESENCIA NEGATIVA DEL HUMANO
Jhon Monsalve
Imagen tomada de internet
Pensar
que “El principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, es una obra solo para niños
es apoyar la idea de que los adultos son los extraños del planeta. Uno de los
ejes principales en el que giran las acciones de los personajes es la
incomprensión del mundo adulto, tan vacío, tan inerte, tan abstracto. Y más
allá de esto, es la incomprensión del mundo en su totalidad; un mundo manejado,
llevado y vivido por los adultos.
La
novela, bien sabida por todos, inicia con la pérdida de un aviador (primer
narrador) en un desierto africano. Cuando está preocupado por la poca agua que
tiene, que le puede durar máximo 8 días, y cuando se predispone a comenzar el
arreglo de su aeroplano, aparece un jovencito, de pequeña estatura, a pedirle
un dibujo. Recuerda el piloto sus experiencias con la pintura desde niño y las
críticas de sus padres hacia su trabajo artístico. Recuerda que solo podía
hacer elefantes dentro de boas y se niega en un principio a hacer el dibujo que
el niño le pedía, pero al final accede. Dibuja un cordero varias veces porque
ninguna versión le gustaba al Principito, hasta que le dibuja una caja en la
que, según le dice, estaba metido el cordero y que él vería en qué momento lo
sacaba cuando lo necesitare.
Luego,
el narrador pasa a ser el Principito, que cuenta el viaje que decidió hacer por
los planetas cercanos al que vivía, por motivo de algunos disgustos que había
tenido con una flor de la que, aparentemente, se enamoró. Cada uno de estos
planetas tenía un personaje que representaba una pasión negativa humana. Estaba
el negociante que no tiene tiempo de nada más que de hacer cuentas, y más aún
si son las cuentas de las estrellas que él considera propias. Está el rey que
no tiene a nadie que mandar, pero que aun así se caracteriza por ser tirano.
Está el farolero que realiza su trabajo todo el día y toda la noche y ha
perdido por ello la razón de existir. Tanto que la única que encuentra es la de
estar pendiente de su farol.
El
último planeta que visita el Principito es la Tierra, y en ella encuentra según
lo que le cuenta el zorro, un país con todas las características de los
planetas anteriores pero aumentadas. El humano, el adulto, se presenta como una
figura extraña que conlleva el mal. Un ente poco comprensible.
No
podemos hablar, ni enseñar, ni entender la importancia de “El Principito” si no
comprendemos que las peripecias del pequeño giran en torno a los valores
humanos analizados en el comportamiento y pensamiento, y que debido a ello, el
mundo, o mejor, el universo, es un lugar devastado y podrido por causa de los adultos.
“El
Principito” es una novela infantil, juvenil y adulta, en donde se da por
sentado que los problemas del mundo son por causa del humano adulto. Es esta la
pertinencia de que la novela sea leída y estudiada en la niñez o adolescencia,
pues se está creando con ello una consciencia social sobre el comportamiento
ético del hombre en la sociedad. Toda la responsabilidad recae sobre el humano.
Tal vez no hubo mejor lugar al que asistiera El Principito que la Tierra, para
darse cuenta de que lo poco que tenía en su planeta valía mucho más.
Lástima,
en serio, lástima, que en la mayoría de los colegios se lleve esta obra sin
otro objetivo que el de salir del paso. Yo la leí, tú la leíste, nuestros
sobrinos, familiares, la están leyendo, y nada, no hay nada de reflexión en
relación al comportamiento humano. Lástima, en serio, lástima que no nos
podamos ir a vivir al planeta del Principito. Lástima… y también lastima.
Muy buen análisis y me quedé pensando en ese Planeta y en la lástima que me dan los adultos
ResponderEliminarrealmente,
mi hijo en literatura en el colegio en primer año le hicieron leer "El Principito", luego lo llevaron a una obra teatral de fin de año, después de haberla analizado todo el año como parte de la materia.
Le han enseñado a pensar....ojalá haya aprendido lo irracional del adulto y pueda aportar algo.
Un abrazo Carmen
Excelente análisis, deberían dar el mismo enfoque en los colegios,en los hogares, enseñar a nuestros hijos que se lee reflexionando. No por leer, que se va al vacío y no se aprende nada. Saludos cordiales.
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