La interesada influencia de la Iglesia católica
y/o protestante en la Educación
Jhon Monsalve
<<Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos>> [1]
La Iglesia es una empresa que se ha mantenido durante cientos de años gracias a la estupidez humana. La gente no se da cuenta de que la Santa Roma no se conformó con la estafas de indulgencias de cosas inventadas ni con el poder oscuro de los mil años que componen la Edad Media, sino que se apoderó para siempre de la base principal de cualquier sociedad: la Educación. Será por eso que los países del Tercer Mundo no pueden progresar: un pueblo con cerebro de cruz y con sapiencia falsa esperará para siempre el desarrollo de su país… Total, ellos viven de fe. Y en esto enfocaré la mayor parte de mi escrito: en argumentar que la Iglesia se cuela en la Educación por puro interés de lucro o de sexo.
No pude elegir mejor el versículo que cité arriba, porque con él puedo recordarles a los curas que su capacidad de interpretación está por el suelo: los padrecitos lo tomaron muy a pecho, porque están recibiendo a los niños en los templos como Jesús lo mandó, pero piensan que con sus falos los niños llegarán más rápido al reino de los cielos. Una Educación en manos de gente que se centra en enseñar a rezar y que enseña sexualidad dizque sin conocimiento es una Educación que formará gente sin neuronas de ciencia y con moralidad barata. Sin embargo, no hay que culpar sólo a la Iglesia, sino a su mano derecha, el Estado, que patrocina sus divinos proyectos, y al pueblo cristiano que aún no se ha enterado de que la Biblia es un conjunto de mitos con mil errores y que debido a su entendible ignorancia apoya los proyectos clericales que el Estado aplaude con sus manos cleptómanas. Y bien, la Iglesia saca ganancia de la Educación, disfruta mirando niños y forma gente con cabeza de Gólgota.
De la misma forma como los partidos políticos de la época federalista en la Nueva Granada educaban a la gente de acuerdo a sus ideales, la Iglesia educa a su antojo a un pueblo idiota que aprendió a repetir como lora una oración y que paga diezmos y ofrendas porque no quiere quemarse en el fuego de Satanás. Y hablando de Federalismo, me centraré (aunque a veces en periodos cercanos: siglos XVIII y XIX) por un momento en esta época de conservadurismo católico, liberalismo laico y leyes cambiantes, para mostrar un poco que a la gran Intrusa no le bastaron mil años encegueciendo a la gente, ni le bastaron los asesinatos de la Inquisición, sino que se tomó gran parte del siglo XIX jugando a la gallina ciega con sus pollitos y matando la mente de los pocos que iban a la escuela.
En los años 80 del siglo XVIII, las universidades empezaron a secularizarse, desechando todas las ciencias especulativas y poniendo en su lugar ciencias exactas. La Iglesia empezaba a quedarse por fuera del mando educativo en las universidades; sin embargo, saltaba en una pata porque los primeros años de todo niño del Virreinato de Nueva Granada estaban a cargo de sus cruces y rezos. Si lo miramos con detalle, esta secularización universitaria es un poco idiota, porque el conocimiento científico llega un poco tarde y porque los encargados de educar al niño en la etapa más inocente es la Iglesia que puede enseñar a rezar y a odiar a todos aquellos que hablen de ciencia; los curas eran los dueños de la mente humana, como lo fueron en el Medioevo, como lo son ahora…, y los niños crecen, dan ofrendas, tienen más hijos a quienes educan con las mismas mentiras mientras crecen, y dan más ofrendas y diezmos para que los prelados puedan ir a los prostíbulos de gente famosa, para que ahí la pedofilia no se les note en los poros. En 1834 (República de la Nueva Granada), había 5000 escuelas primarias con 17000 alumnos, todos educados con tonterías y preparados para darle a la Inhumana la limosna necesaria para sus lujos. ¡Qué buen negocio!: me invento un mito de un crucificado y manejo la mente estúpida del hombre para volverme millonario.
Los jesuitas y dominicos, paridos por la Edad Media, se encargan de la Educación en el siglo XVIII, y prueban su misoginia prohibiéndoles a las mujeres estudiar, y comprueban su racismo ignorando a los indios y a los negros. Ellos se sentían aún en la Edad Media: todavía sus clases eran en latín. Por 77 años, Colombia disfrutó de una libertad de no jesuistas pero la torpeza del presidente Herrán en 1844 (República de la Nueva Granada) hizo que mandara a llamar a este grupo misógino y racista que adora a María y que no se ha enterado de que, si Jesús existió, fue negro. Y pensamos que algún día la Educación en Colombia será excelente, pero olvidamos que mientras la Iglesia exista y el Estado la apoye ese pensamiento será eterno.
Pero en 1861(Estados Unidos de Nueva Granada), hubo el más grande respiro de aire puro sin mitos. Tomás Cipriano de Mosquera separó, en la Constitución de Río Negro, la Iglesia del Estado, secularizó los cementerios, implantó en el matrimonio una ceremonia civil obligatoria, eliminó los diezmos en la Iglesia y redujo su subsidio gubernamental. Aunque la Injusta había perdido muchos de sus privilegios estatales y educativos, la gente como una cabra loca saltaba para apoyarla, y sobremanera los pobres que no encuentran más consuelo que en historias inventadas. La Iglesia logró su objetivo: lavó la mente de todos los colombianos, disfrutó de la pedofilia y se volvió millonaria.
Este respiro de aire puro no duró mucho. Manuel Murillo Toro unió Iglesia con Estado nuevamente, reabrió los templos y dio permiso a las hermanas de la caridad para que establecieran una comunidad de niñas que rezaran y aprendieran a ser madres de familia con los consejos de aquellas que jamás lo fueron. Y Rafael Núñez en la octava década del siglo XIX protegió a la Iglesia, exigió respeto hacia ella e implantó el catolicismo como la religión oficial; lástima que no esté vivo, para recordarle que la protección la necesitaba el pueblo, empezando por los niños que eran víctimas de la sodomía de los clérigos (no puedo probarlo, pero el que lo niegue tampoco); para avisarle que nadie exige respeto si no lo merece, porque una empresa que esclaviza mentes humanas debe ser insultada y puesta en manos de un siquiatra, y, por último, gritarle que él, Rafael Núñez, no es ningún dios para que imponga una religión oficial. En manos de este conservador, ¿qué ciudadanos le esperaban a Colombia? Ya sé: personas que fueran godas, educadas por godos, gobernadas por godos y que todos lo domingos fueran a misa en grupo, para que la bolsita de las limosnas se llenara lo suficiente para comprar cerveza, cigarros y sexo joven. Aquí quiero gritar por escrito que el que tenga oídos para oír que oiga, como lo dijo el protagonista de un mito. Sé que aunque me proponga convencer a la gente de que la Educación colombiana no puede ser dirigida por la Iglesia porque esta empresa es con ánimo de lucro y de sexo, no me creerán porque de sus putas testas, como Fernando Vallejo llama a sus cabezotas testarudas, nadie les saca lo que creyeron verdad desde niños, cuando, en la etapa más inocente e ignorante, la Iglesia aprovecha para convencer de por vida al pueblo de que un solo mito sí dice la verdad.
Pero el plan educativo dañino de la Iglesia no comenzó en la época federalista, porque si nuestro pueblo hoy es católico es por causa de lo europeos que tuvieron que imponer, lastimosamente, hasta su religión en Suramérica. Si el descubridor hubiera sido Joseph Smith, hoy la gente sería mormona. La Iglesia comienza su intervención educativa en la Edad Media, cuando se apoderó del mundo para siempre. Tomaron ideas de los griegos, interpretaron la Biblia a su antojo y educaron gente estúpida para que jamás pensara diferente. En el Medioevo la Iglesia sacó las uñas: asesinó el cuerpo de muchos e idiotizó la mente del resto; la verdad, no sé qué fue peor, si el acabose de un pueblo contado y que ya no existe o la esclavitud eterna de un mito que retrasó el progreso del mundo entero.
En la Temprana Edad Media, los monasterios eran los únicos centros educativos que existían con el único fin de formar monjes, y los niños, de sexo masculino solamente, eran llevados e internados en ese lugar que era morada de secuestradores legales ayudados por los cómplices más idiotas: los propios padres del alumno que veían un futuro prelado en la familia (total, no había otro centro educativo a dónde mandarlos). A los 6 años iniciaban su educación, porque la Iglesia es una empresa inteligente y sabe que a esa edad pueden llenarle la cabeza de Jesucristos a cualquiera. Una Educación como ésta no era un privilegio, sino el más grande deber humano de aquel tiempo; por lo menos hoy la Educación pasó a ser derecho, y como consecuencia, el porcentaje de competidores profesionales está en las nubes, agradeciendo que no es más alto de lo que se ve… la gente profesional debería agradecerle a los perezosos que no quisieron estudiar, porque de lo contrario tal vez otro ocuparía su puesto en su oficina, de la misma forma como debemos agradecerle al tiempo y a las revoluciones dentro de él por ir eliminando poco a poco el poder que la Iglesia obtuvo hacia el siglo V, aunque siga subsistiendo gracias a los estúpidos humanos que fueron dizque los mejores estudiantes del catecismo; humanos que cuentan sus desgracias a los curas y que creen que Dios fue el que los perdonó; humanos que prefieren dar dinero a una empresa tan millonaria y no a unos que se mueren de hambre a una cuadra de sus casas.
Definitivamente, la Iglesia ha hecho muy bien su trabajo: se inventaron a un Dios que perdona los pecados y que es tan necesitado que exige ofrendas. Me imagino a los sacerdotes riéndose de las historias de los ignorantes y contando el dinero para pagar las mejores putas. Sin embargo, para no correr el riesgo de que los vean entrando o saliendo de un puteadero buscan la forma de satisfacer sus ganas sexuales: ellos son los victimarios, y los niños que buscan el reino de los cielos son las más mudas víctima. Unas líneas arriba, decía que los padres mandaban a sus retoños a esos monasterios de pecados escondidos para que cuando crecieran tocaran el poder de Dios, pero casi puedo asegurar que primero tocaban los falos de sus maestros porque aquel que no tenga sexo en la casa de Dios es una excepción divina. ¡Cómo se han aprovechado esos hijos de puta de la futura sociedad! Está bien, yo no puedo probar la sodomía del Medioevo de la misma forma como un creyente no puede probar la existencia de Cristo, pero creo que yo me acerco más a la verdad, ¿cierto, padre Marcial Marciel?, ¿cierto, cardenal López Trujillo?: estos dos se están quemando en el infierno, en el cuarto de pederastia; no pueden contestarme.
El que piense que la influencia de la Iglesia en la Educación NO es un interés por plata y sexo… pues que lance la primera piedra hacia el cielo a ver si se baja de una vez por todas a Jesucristo que ya se ha demorado mucho.
Rescato de la Edad Media a Carlomagno que supo exhortar a los miembros de la Iglesia, que ya se habían aburrido de sus trabajos educativos, habían descuidado el estudio de las letras y cuya humildad y seriedad para interpretar las escrituras iba en deterioro; es decir, las clases de escolástica que dictaban eran un poco más que basura. Carlomagno estuvo muy bien con esa exhortación hacia sus correligionarios; no importa que sufriera de la enfermedad del cristianismo, aquí lo que me importa es destacar que sí se preocupó por la Educación de su tiempo, aunque ignorara que esas clases estaban basadas en un mentiroso mito que ha ido extendiéndose como pedo en ascensor por este mundo con cabeza hueca que da diezmos y ofrendas aunque esté endeudado hasta el cuello. Esto no me sorprende, porque el objetivo de la Iglesia no es ganar almas para Yahvéh, sino ganar monedas para su alcancía con forma de becerro de oro.
Rescato de la Edad Media la forma como los monjes dictaban sus mentiras: la lectio y la disputatio (por otra parte, la questio y la determinatio) que sirvieron como base para toda la historia educativa, para tesis de pedagogos y para enseñar estiércol durante el Medioevo. (Claro está que estas dos formas de enseñanza salieron de los griegos como de ahí aparecieron muchos mitos que compusieron el de Jesús). Hoy de las dos se prefiere la segunda y la sugiero, porque tal vez en alguna de las discusiones entre maestros y alumnos se desilumine lo que creen verdad y se den cuenta de que no puede permitirse que la Educación siga en manos de la empresa más bellaca.
Ahora bien, la Iglesia católica no es la única interesada, porque no es la única iglesia. Con Lutero en 1517, después de sus 95 tesis, empezó la decadencia de un poder divino que hizo estragos. El protestantismo apareció no solo para conformar una Reforma, sino para dividirse en tantas religiones que no inocentemente se colaron en la Educación.
Estudié 6 años en un colegio protestante donde aprendí que Jesús lloró lágrimas de sangre. Hoy me doy cuenta de que un niño de 4 años sabe más que esa pastora que dictaba religión. Jesús, si existió, nunca lloró sangre; él sudó sangre… que es otra cosa. Si la educación religiosa de todos los colegios protestantes es como la que recibí, la comunidad evangélica será bruta en ciencias y religión, porque si educar sobre Dios es prioridad, y cometen estos errores, ¿cómo los educarán en ciencia, si esta ocupa el segundo lugar?
Estudié en esa institución porque era la más cercana. Era un edificio de cuatro pisos que pertenecía al pastor dueño de una manzana del barrio donde puso un colegio para comprar en el futuro, con las ganancias, otras manzanitas. Jugando con la fe del pueblo evangélico, educaba niños para que su rebaño creciera y diera resultados en ofrendas y diezmos. Aquí tal vez no exista pedofilia, porque los pastores sí se casan (aunque con las más feas), pero existe el mismo interés educativo de la Iglesia católica: sembrar semillitas, regar agüita y cosechar cabezas de Biblia y plata de tontos. Yo no seguí ese camino porque no creo en el hombre invisible… y porque no quiero que otros paguen las mejores putas con mi dinero para esconder su pederastia, para eso las pago yo, y no hago parte del pueblo estúpido.
Protestantes y católicos están volviendo mierda la Educación del mundo. En Colombia, algunos de los mejores colegios y universidades son administrados por prelados o pastores. Aunque los profesores sean imparciales y enseñen bien su asignatura, queda aún la cicatriz de aquellos que ganan más haciendo menos y haciéndolo mal, porque una buena Educación no necesita ser dirigida ni administrada por un cómplice de Cristo que busca tener tantos pesos como putas o tantos niños como orgasmos. No obstante, siguen ahí respaldados por el pueblo católico o protestante, según el caso; esperando a que la población siga creciendo para educar futuros diezmos; esperando a que alguien que no existió vuelva; esperando a que las idioteces humanas los vuelvan millonarios… mientras yo espero a que se haga otra guerra mundial en la que católicos y protestantes se maten mutuamente, para que al fin la Educación deje de ser la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
BIBLIOGRAFÍA
GONZÁLEZ PRADA, Manuel. “Instrucción católica”. En: “Propaganda y Ataque”. Lima, 19…
HENAO, Jesús de María y ARRUBLA, Gerardo. “Historia de Colombia”, Bogotá, 1936.
Nueva Granada. (Página consultada el miércoles 26 de febrero de 2010) [En línea] dirección URL: http://es.wikipedia.org/wiki/Nueva_Granada.
LUZURIAGA, Lorenzo. “Historia de la Educación y de la Pedagogía”. Buenos Aires: Losada, 1971.
MEECHAM, J. Lloyd. “Church and State in Latin America”, Chapel Hill, 1934 (pág. 155).
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RAUSCH, Jane. “La Educación durante el Federalismo”. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1993.
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