“LA CASA GRANDE”: LA HISTORIA NOVELADA
DE LA MASACRE DE LAS BANANERAS
Jhon Alexánder Monsalve Flórez
Tal vez uno de los momentos históricos que más
ha marcado la historia de Colombia es la masacre de las bananeras que se llevó
a cabo en Santa Marta a finales de la tercera década del siglo XX. Imaginemos a
unos campesinos trabajadores de una zona bananera en la costa atlántica de
nuestro país exigiendo sus derechos ante una firma comercial estadounidense:
mejores sueldos, vivienda, servicios de salud, etc. Imaginemos ahora que esta
compañía niega las peticiones y, como consecuencia, los trabajadores se van
huelga, y que la única solución que halla el Estado es la disgregación de la
protesta por medio del Ejército Nacional. Pues bien, dejemos de imaginar, y
vayamos a lo que Cepeda Samudio expone en su obra cumbre “La casa grande”,
novela publicada en 1962 y que empieza con el diálogo de dos soldados que están
en comisión y que expresan sus opiniones al respecto de la movilización social
y de su desempeño como soldados: uno está a favor; el otro, en contra:
Dos soldados, dos caras de una misma moneda. Uno, dubitativo, siempre
interrogándose frente a la situación; el otro, apático y, de algún modo, leal a
su causa, sin escrúpulos para tomar las armas y matar a sus compatriotas. Pero
un poder mayor controla la vida de ambos, decidiendo su destino y, a través de
él, el de aquellos obreros que se levantan para exigir un poco de comprensión
de su situación. (Alexánder Peña Sáenz, [En línea]).
Esta conversación pone en contexto la obra del
escritor barranquillero. Desde esos primeros diálogos se puede percibir que lo
que se lee es una novela, en plena vanguardia, con toques realistas y de
denuncia social. El eje de la historia es la familia que habita en la casa grande
y que puede relacionarse muy bien con el despotismo y sumisión de los que
participaban en el problema laboral que se venía llevando a cabo. Sin embargo,
en este texto, no centraremos la atención en dicha relación sino en aquello que
hace parte de la historia de nuestro país y que, en esta obra, se volvió
ficción con fines estéticos. La masacre de las bananeras, por lo tanto, será
nuestro eje.
Veníamos diciendo que la obra se basa en hechos
reales, que se adaptan de una manera perfecta a la caracterización de
personajes, al espacio, a la atmósfera. Esta masacre se dio por ciertos
problemas que se venían presentando desde años atrás, tal como lo afirma Edwin
Hernán Rojas Montoya en el ensayo “La gota que derramó el vaso: monopolio del
agua y consecuencias para los cultivadores independientes en la zona bananera
del Magdalena 1901-1928”, y que además amplía las razones por las cuales se
llevó a cabo la protesta:
En la Huelga Bananera de 1928 confluyeron un sinnúmero de factores
claves. Algunos, a lo largo del tiempo, han cobrado mayor protagonismo que
otros, generando una concentración y mayor estudio por parte de los
especialistas. Tal es el caso de las inconformidades laborales, las malas
condiciones de vida de los cultivadores y obreros, los sistemas de
contratación, entre otros; pero si existe una constante en las conclusiones de
estos trabajos, es que la huelga solo fue el estallido de una bomba de tiempo,
alimentada por una inconformidad social generalizada durante más de 20 años,
producto de los abusos cometidos por la United Fruit Company y la permisividad
del gobierno en estos hechos. (2008: p. 36).
Lo importante de este apartado es la
contextualización histórica de lo que sucede en la obra literaria. Cepeda
Samudio ubica en el mismo año (aunque no en la misma fecha) la masacre de las
bananeras, y denuncia, por este medio, el abuso de poder y la violación de los
derechos humanos al presentar, tal cual sucedió, al Ejército Nacional
ejecutando las órdenes de disparar contra aquellos, que, según el decreto que
aparece en la obra y que existió con algunas variantes, fuesen hallados en
infraganti delito:
Artículo 3o. – Los hombres de la fuerza pública quedan facultados para
castigar por las armas a aquellos que se sorprenda en infraganti delito de incendio,
saqueo, y ataque a mano armada y en una palabra son los encargados de cumplir
este Decreto. (1985: p. 86)
Esta obra es sin duda una representación más de
nuestra historia colombiana. La crítica literaria, sin embargo, no ha tenido
comentarios y argumentos tan positivos, como se esperaría. Ayala Poveda en
Manual de Literatura Colombiana afirma: “A esta novela le han estafado lo
créditos. Se le ha tildado de inconexa, esquemática, simplista, panfletaria,
aventura arriesgada” (1989: p. 331). Pero
una característica sí debe atribuírsele: es una novela innovadora y creativa en
el sentido de que presenta de una manera peculiar, para nada simplista, la
historia de una familia llena de odio y de caos, alrededor de la cual giran los
hechos históricos, ahora novelados. Por otro lado, Álvaro Pineda Botero
sobrevalora la obra de la siguiente manera: “La casa grande (…) rompe con muchas tradiciones literarias al
presentar innovaciones radicales en la técnica, el lenguaje y la estructura”
(2001: p. 157).
Y no solo eso. Tal vez podríamos afirmar que lo
que la hace única es la manera de contar los hechos, de pintar imágenes con
palabras, de convertir en una especie de ficción
real un hecho que marcó la historia de nuestro país, y que la seguirá
marcando, ya sea por el recuerdo o por situaciones similares que se presenten
en nuestros días. La casa grande es más que una novela de estructura
innovadora; es la composición musical del recuerdo vigente de un suceso difícil
de olvidar.
Bibliografía
Ayala Poveda, Fernando (1984). Manual de Literatura Colombiana 3 ed.
Bogotá: Educar Editores.
Cepeda Samudio, Álvaro (1985). La casa grande. Bogotá: Plaza y Janes.
Peña Sáenz, Alexánder (S.F.). “Álvaro Cepeda
Samudio-La casa grande”. En: La pasión
inútil. [En línea]: http://la-pasion-inutil.blogspot.com/2012/04/alvaro-cepeda-samudio-la-casa-grande.html.
Pineda Botero, Álvaro (2001). Juicios de residencia. S.L: Fondo
Editorial Universidad EAFIT.
Rojas Montoya, Edwin Hernán (2008). “La gota
que derramó el vaso: monopolio del agua y consecuencias para los cultivadores
independientes en la zona bananera del Magdalena 1901-1928”. En: Bananeras huelga y 80 años. Bogotá:
Universidad nacional de Colombia.