viernes, 9 de enero de 2015

"La familia Bélier": un film más allá del título

La familia Bélier: un film más allá del título
Jhon Monsalve
Imagen tomada de internet.
Por estos días, se estrenó en Colombia una película francesa, publicitada pobremente por el anuncio siguiente: “Lo que no escuches lo sentirás en tu corazón”, propio de filmes románticos (en el sentido más peyorativo) o de textos cursis. Mi propósito, en el presente comentario, es dejar a un lado la vaguedad de la promoción y del título, para centrarme en la trama y en la calidad representativa de los actores. Afirmo que no soy crítico de cine, ni pretendo serlo. Solo comprendo La familia Bélier como un texto más, producido en la cultura occidental y con grandes muestras de nuestra esencia humana, especialmente, en dos ámbitos: el de los objetivos y el de las acciones.
Para algunos, esta película de Eric Lartigau combina lo artístico y lo comercial de manera perfecta. La fotografía tanto en lo rural como en lo urbano sobresale por su precisión en los paisajes. Lo artístico está dado por la trama, por la manera en que se desarrollan las acciones, por los elementos culturales que en ella aparecen: la música clásica francesa, verbigracia. Lo comercial, por su parte, se da por cierto humor recurrente que raya, en ocasiones, con la burla de actos que no fueron pensados para ello. Hay escenas en las que los personajes se comunican por medio de señas, porque no lo pueden hacer de otra forma, y los espectadores han llegado a malinterpretar tales acciones dramáticas como si fuesen cómicas. Yo no hago parte de esos “algunos”. Mi opinión es clara y directa: esta película bien puede equipararse a otras del nivel de Historias mínimas, Cinema Paradiso o Memorias de Antonia. Existen ciertos elementos que la incluyen en esta categorización, como la trama, la contextualización y el nivel actoral de los participantes. En últimas, lo que busco es describir dos factores humanos que se hacen evidentes en la cinta: los sueños y los actos que giran en torno a sus realizaciones.
La familia Bélier es un grupo social formado por cuatro integrantes, de los cuales tres son sordomudos. Paula, la única hija, nace, a diferencia de su hermano, con la capacidad de oír y expresarse oralmente. Esto trae ciertas preocupaciones a la madre, porque teme terminar odiando a su hija, como lo hace con los demás sujetos hablantes. Dentro de este núcleo, paula se convierte, por sus facultades, en la voz y la esencia. De cierta manera, adquiere un compromiso serio con sus familiares, hasta el punto de hacerlos depender de ella. Cuando en clase de música el profesor le dice que ve talento en ella y que debería concursar en un evento de canto de talla nacional, sueña con su propósito y se rebela contra sus padres. Con el paso de los días, los dos señores van a verla cantar y, sin oírla, concluyen por la algarabía que hay en su hija cierto don. La acompañan a las audiciones en París y, tras la representación respectiva en lengua de señas de la letra de la canción que canta, los padres se convencen del talento de su hija y de lo lejos que puede llegar.

Ya sé, para aquellos que no han visto el filme, que narré esta historia de la manera más cursi. Otro sentimiento se experimenta frente a la pantalla: uno de impotencia, de deseo de que los padres entiendan los sueños de su hija, una ilusión de ver crecer a quien nació para grandes cosas. Si hay algo que nos caracteriza como humanos, es la constante búsqueda de objetos que colmen nuestras necesidades de momento. No hay relato en que no aparezca la figura de un tesoro metaforizado. Esta película merece una valoración más positiva que la de la cursilería que predica el lema, que la simplicidad del título y que la descripción de un novato en cuestiones de cine. Ustedes quedan encargados. 

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