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lunes, 26 de noviembre de 2012

¿El uso que le da al internet revela su estado sicológico?

¿El uso que le da al internet revela su estado sicológico?
Xavier de la Porte
Traducido por: Jhon Monsalve

De lemonde.fr: http://www.internetactu.net/2012/09/10/est-ce-que-votre-maniere-dutiliser-linternet-revele-votre-etat-psychologique/

Traducido por: Jhon Monsalve
La lectura de la semana “¿Cómo nuestros comportamientos en la web revelan nuestra salud mental?”. El artículo fue publicado en Scientific American (@sciam) y escrito por Adrian Ward y Piercarlo Valdesolo, que son investigadores en el área de la sicología.
“Considere estas dos preguntas”, comienzan los autores. “Primero: ¿quién es usted? ¿Qué lo diferencia de sus amigos en ámbitos como las compras, la ropa, los autos? ¿Qué es lo que, en términos de sicología superficial, lo hace único? La segunda pregunta: “¿Cómo utiliza el internet?
Estas dos preguntas que, aparentemente, no tienen relación, se unen de cierta manera. Claramente, el uso que le da al internet permite revelar sus características sicológicas. ¿Pasa varias noches jugando póker y apostando su dinero?: Hay ocasiones en la que prefiere correr el riesgo. ¿Le gusta subir a Youtube videos que graba mientras canta?: Usted es un extrovertido. ¿Pero qué hay del uso que le da al internet –como la frecuencia de sus correspondencias por email, de sus conversaciones por chat, del uso del streaming, de las demás prácticas electrónicas? ¿Estos comportamientos, independientemente del contenido, pueden dar alguna idea de ciertas características sicológicas?
Un estudio recientemente realizado por un equipo de investigadores en informática, de ingenieros y de sicólogos revela que este podría ser el caso. Para ser más preciso, sus conclusiones muestran que tal análisis podría predecir una característica sicológica de importancia: la tendencia a la depresión.
En primer lugar, el equipo les pidió a 200 voluntarios que llenaran un cuestionario en torno a sus “recientes experiencias afectivas”; lo que ellos no sabían era que el test buscaba, entre otras cosas, información sobre su estado de depresión. Los investigadores juntaron los resultados de cada quien con los usos que hacían del internet, y los agruparon en tres categorías: “Conglomerado”, que indica la cantidad de información enviada o recibida en el correo; “Aplicación”, que indica la variedad de programas utilizados (e-mail, buscador, descargas, etc.) y “Entropía”, que indica el grado de azar en el flujo de información (esencialmente, una medida de la variedad de las fuentes por las cuales llegan las informaciones). Todo esto, sin tener en cuenta los contenidos recibidos o intercambiados o los sitios visitados.
Está comprobado que los modelos particulares del uso del internet podían relacionarse con las tendencias depresivas. Por ejemplo, el intercambio de documentos, la escritura en el chat o en correo y una tendencia a pasar rápidamente de un sitio al otro o de un recurso al otro advierten cierta propensión a los síntomas de la depresión. Aunque las razones exactas por las cuales estos comportamientos predicen la depresión son desconocidas, cada uno de estos corresponde a las investigaciones precedentes en torno al trastorno de estado anímico. El hecho de cambiar rápidamente de sitio en la web sería síntoma de anhedonia (la incapacidad de sentir emociones), la gente que busca desesperadamente una estimulación emocional. De la misma manera, el hecho de chatear o de escribir correos excesivamente significaría una falta de relaciones físicas.
Según los autores del artículo, estos datos son importantes por muchas razones. La depresión es peligrosa y contagiosa (se estima que el 10% de los americanos sufren de tal trastorno emocional). Pero, sobre todo, la depresión es difícil de diagnosticar. Se estima que 2/3 (dos tercios) de la gente depresiva desconoce su problema y no buscan, pues, la manera de cuidarse, e incluso entre los que lo sospechan, no lo admiten. Tal como el suicida, la depresión escapa, frecuentemente, al diagnóstico si se efectúa a manera de autoevaluación. Por esto, la sicología clínica ha desarrollado maneras de evaluar las intenciones suicidas que no pasan por la evaluación, sino por los métodos implícitos.
A partir de lo que dicen estos investigadores, se encuentra el mayor interés de este estudio que relaciona los usos del internet con la depresión: poder encontrar pruebas de una tendencia depresiva más pronto, antes del diagnóstico clínico, pero posiblemente antes que la enfermedad salga a la luz.
El interés de este artículo está, a mi parecer, más que en su tesis (parece suficiente que la depresión o cualquier otra afección sicológica repercutan en los usos virtuales) en la conclusión: se podría, gracias al uso del internet, predecir la depresión. Enésima prueba de esta tendencia contemporánea de construir los modelos predictivos a partir de los datos obtenidos en línea. Tendencia de buena intención (prevenir la depresión, el crimen, las epidemias...), pero que deja siempre una impresión un poco desagradable.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Cien mil visitas... y siguen contando


Cien mil visitas... y siguen contando

Imagen tomada de: http://poemasilustrados.blogspot.com/2012/11/vomito-de-perlas.html

Ya agradecí en las cincuenta mil visitas; si lo vuelvo a hacer sería reiterativo. (Y sin embargo, muchas gracias otra vez). También debo decir que la próxima vez que publique una información sobre los resultados de mi blog será cuando llegue al visitante número quinientos mil... antes, no. No quiero excederme con mi alegría solitaria.
Van 32 seguidores, de los cuales me siguen realmente entre 10 y 15, porque el resto abandonaron sus blogs hace tiempo. Van 42 comentarios, 120 entradas (todas de mi autoría) y muchas ayudas para estudiantes de colegio y de universidad: aquí encuentran un poquito de todo lo relacionado con Lengua y Literatura. Van cien mil visitas y siguen contando... Para mí, son cien mil ánimos. Esto es lo que me anima a continuar escribiendo. ¡Qué hijuemadres!: uno escribe pa’ que lo lean.
Muchos saludos a todos.
Jhon Monsalve

martes, 20 de noviembre de 2012

Análisis de "Shangai Baby"


ANÁLISIS DE “SHANGAI BABY”,
DE WEI HUI: la novela regular
Jhon Monsalve

Empiezo diciendo que me dolió leer esta novela. Y no lo digo porque me hayan hecho llorar los sentimentalismos estúpidos de la protagonista, ni porque al final haya muerto Tiantian, su amado, sino porque llegué a sentir, y muy pocas veces lo siento cuando leo, que estaba perdiendo el tiempo con la lectura de esta novela. No voy a decir que es una novela mala porque hay cosas que aún podrían rescatarse, pero sí voy a hablar de una novela regular. ¿Por qué la leí? Porque nunca había leído literatura china y me llamaba profundamente la atención. Además, este libro fue quemado públicamente en China  en el año 2000 después haberse vendido miles de copias. Si lo quemaron fue por algo, y no precisamente por malo. La cultura y sociedad chinas conviven bajo parámetros morales bien establecidos, desde la época maoísta, en la que, entre otras cosas:
“La mujer china fue considerada como incapaz de gobernar sus deseos, y por tanto, factible de ser controlada con restricciones como la segregación sexual. Existía el concepto de la femineidad ideal como aquella en la que la mujer era pasiva en el coito, contrapuesto con la potencialidad erótica de una dama ingobernablemente sensual hasta para sí misma”.
Agregado a esto, se hace alusión, de manera bien marcada, al territorio de occidente; tanto así que los personajes de la novela son, en su mayoría, extranjeros. Por lo tanto, las costumbres, las formas de pensar y de actuar se mezclan con la inocencia y represión chinas para poner un grito de revolución en el cielo. Esto es rescatable, del mismo modo que las alusiones a la ciudad, al malestar que produce Shangai, como Buenos Aires en Sobre Héroes y Tumbas, de Sábato, o como Bogotá en Sin remedio, de Caballero. El resto ya lo veremos.

Estructura
La novela está conformada por XXXII capítulos, antecedidos todos por epígrafes de escritores de la literatura y filosofía universal, como Virginia Wolf, Milan Kundera, Descartes o, incluso, Dalí. El nombre de la novela hace alusión a Shangai, una ciudad China, ubicada al suroriente del país. Lo de Baby se puede comprender gracias a la voz de uno de los personajes cuando habla de Cocó, la protagonista: “ella es una chica especial, no solo brillante sino también muy hermosa, una baby de temer”. Es decir, Shangai baby hace alusión, por una parte, al papel y las situaciones que giran en torno de la protagonista, y por otro, a la predominancia de la cultura occidental en la obra: se dice, fíjense bien, Baby, en inglés.
Está bien narrada, aunque escasean las metáforas. Hay ocasiones en las que se vuelve extremadamente moralista, y eso le resta muchísimos puntos. Un ejemplo de eso es el siguiente: “No le tengas miedo a las dificultades, todos siempre tenemos dificultades, grandes o pequeñas. Por ejemplo yo, de un problema salto a otro, simplemente no sé si me gustan más los hombres o las mujeres”. Después de leer esto, casi vomito. Y abundan. Cuando la lean (o si la están leyendo o ya la leyeron) se darán cuenta.
Por otra parte, en la novela se relata cómo se escribe la novela (también podríamos hallar un intertexto en El desorden de tu nombre, de Juan José Millás: donde la novela termina escribiéndose por sí misma y cuyo protagonista es también un escritor). Incluso hay apartados en los que la protagonista, que, como ya se dijo, es escritora, lee partes de su novela que concuerdan perfectamente con lo que el lector ya ha leído. A medida que se van acabando las acciones en la novela, los personajes mueren y los capítulos se hacen más cortos. Esto da la sensación de que se está llegando al final.
La autora dedica la obra “A mis familiares, a mi amor y la Universidad Fudan”. Termina con un prólogo en el que comenta la forma en que llevó el manuscrito a la editorial, con toda la expectativa del mundo. Según la información que da al final: el primer manuscrito de la novela fue terminado el 20 de junio de 1999 y el segundo manuscrito, el 15 de julio del mismo año. Cuando terminó el prólogo eran cinco días después a esta última fecha. La traducción al español estuvo a cargo de Romer Cornejo y de Liljana Asovska.

Lo que cuenta y su trascendencia
Shangai baby es la historia de una mujer escritora que vive un triángulo amoroso con un hombre a quien ama, y con otro a quien desea. Es la vuelta a una temática ya impuesta en la literatura universal por Jorge Amado y su Doña Flor y sus dos maridos. Cocó, la protagonista de la novela china, se enfrenta a los muros de la razón y la pasión, de una manera vulgar y torpe. Es un triángulo amoroso más de telenovela que de obra literaria, ¿pero se le perdona por venir de la sociedad china? No creo: considero que pudo haberse hecho lo mismo pero con alegorías. Catalogo de regular esta novela por su escasez en metáforas y su bajo nivel en la trama. Y miren, para que se convenzan, fijamente la caracterización de los personajes (me centraré en los del triángulo):
Cocó: una escritora, graduada (tal como Hui) de la Universidad Fudan, amante de la lectura y de la escritura como del sexo. Se masturba varias veces durante la novela con imágenes más cercanas al porno que a la poesía. Siempre ha sido una niña rebelde, ha trabajado en una revista y en un café, y se dedicó, gracias al apoyo de Tiatian, a la escritura. Se expresa libremente en torno a temáticas sexuales y vive la vida como una adolecente fuera del mundo oriental.
Tiantian: Un pintor que no cree en sí mismo, que es impotente, que se vuelve drogadicto, que se cura un tiempo, que recae por decepciones amorosas y que muere al fin. Su madre lo dejó solo en su adolescencia porque viajó junto a su esposo a España a trabajar. Según impresiones de Tiantian, su madre mató a su padre para irse a vivir con Juan, un español. ¿Así o más estúpida la trama?
Mark: Alemán bien dotado para las artes amatorias, que viaja a Shangai por cuestiones de trabajo y que termina viviendo una relación muy apasionada con Cocó, aunque ella amara a Tiantian. La protagonista vive una especie de fantasía sexual al imaginar que Mark es un Nazi que la subyuga.
La obra comienza relatando la manera y el ambiente de trabajo de Cocó en el café; luego, conoce a Tiantian, quien le propone que deje el trabajo y se vaya a vivir con él y que se dedique a escribir; luego, conoce a Mark, viven sus lunas de miel, en fiestas, en torno a otros personajes, como Madonna, o Shamir, o Dick, o Suzcha, que viven situaciones amorosas tan estúpidas como las de la protagonista de la novela: Suzha, por ejemplo, termina enamorándose de Dick, que era antes el novio de Madonna. ¿Así o más estupidez?
Bueno, después de momentos y escenas eróticas, después de pensamientos de Cocó sobre si es o no infiel, Tiantian viaja, en épocas navideñas, a otra ciudad china (Haikou), donde, por medio de un amigo, recae en la droga. Hay preocupaciones... y en esas, llega de España la madre de Tiantian a recuperar su amor. Entra en etapa de rehabilitación por un tiempo, se recupera, las relaciones con su madre mejoran un poco, más de lo que el lector esperaba y se enamora cada vez más de Cocó. Mientras tanto, ella vive su idilio pasional con Mark.
Cuando Tiantian se entera de tal engaño, recae en la droga y muere. Mark vuelve a Alemania y la protagonista queda sola.
Esto, grosso modo, es la novela que quemaron por ir contra las normas morales chinas. Esta novela es la revolución femenina hecha literatura. Es la muestra de la ciudad, de la urbe y de la predominancia de occidente en China. Es una crítica a la sociedad oriental, es un grito desesperado por la mojigata rutina. Y sobre todo, es una obra que pareciera que partiera en dos la sexualidad china: fue publicada en 1999, antes del nuevo milenio, y desde ahí, llega la revolución sexual:
“Ya no están arraigadas las tradiciones milenarias en la actualidad sexual china. Después de la Revolución Cultural, las cosas cambiaron drásticamente. Hoy, China vive una Revolución Sexual similar a la vivida en occidente en los 70. Los colectivos homosexuales aun están marginados y soterradamente acosados, pero los cambios no tienen vuelta atrás. Los valores sexuales cambian, los hombres, con las nuevas posibilidades económicas han cambiado su eje sexual y resultan atractivos, como los occidentales, por su ostentación de poder”.
Y ya. Termino con esto. Ojalá la lean y se den cuenta de lo banal que es (rescaten, eso sí, lo rescatable). Si no piensan lo mismo que yo, me gustaría que me lo hicieran saber, para conocer nuevos puntos de vista. Tengan en cuenta que destaqué todo lo positivo que pude, pero que aun así no merece ser catalogada esta obra como buena. Entiendo lo de la sociedad oriental y lo de la literatura contemporánea, y por eso digo de esta obra lo que comenté muchas veces en mi libro de editorial EMECÉ: ¡Qué asco!

lunes, 19 de noviembre de 2012

Análisis de "Algo muy grave va a suceder en este pueblo"

Breve análisis de "Algo muy grave va a suceder en este pueblo", 
de García Márquez
Jhon Monsalve

Imagen tomada de: http://corinariosargentina.blogspot.com/2012/09/poema-de-la-nada.html

El solo título pone en suspenso la historia. El hecho de que se le agregue el adverbio de cantidad muy al adjetivo grave hace  imaginar que la situación que sucederá es de gran impacto social. El futuro próximo que se utiliza va a suceder indica que tal suceso llegará de un momento a otro y que, por lo tanto, los habitantes de aquella comunidad deberán estar preparados. El título, por sí solo, nos antecede gran parte del cuento.
El cuento está narrado con un lenguaje cotidiano. Las palabras son fáciles y la sintaxis, sencilla. Empieza con el presentimiento de una anciana y, a medida que se desarrollan los hechos, tal  augurio se pasa, de voz a voz, a todo el pueblo. La causa de todo el problema parte del presagio de la anciana. El narrador del cuento es cuasi-omnisciente porque, aunque conoce cada uno de los hechos hay apartados del relato en los que duda: “el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente”. Por otra parte, no podemos afirmar que el narrador es testigo por el hecho de que no fue un habitante del pueblo quien presenció los sucesos.
Todos los personajes en el cuento cumplen la misma función: la de presentir que algo malo sucedería después de escuchar el mal augurio de otro personaje. Sin embargo, si es de clasificar, podríamos decir que la anciana, quien fue la que inició todo el malentendido y que termina el cuento (diciendo Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca), tiene un grado más de importancia en el relato. Por otro lado, el espacio en que se desarrollan las acciones podría ser, por las descripciones del calor y por las cualidades literarias del autor, un pueblo de la costa atlántica, donde el rumor, como sabemos, es una de las principales características. El cuento sucede en un día: desde el desayuno que servía la anciana, pasando por el calor de las 2:00 de la tarde, hasta la quema de las casas. El futuro próximo nos puso muy cerca aquello grave que iba a suceder.
Todo lo anterior podría ser más que una crítica al pueblo del que se habla: este cuento es una representación bien lograda de la superstición característica del colombiano. 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

En los ojos de Edipo


EN LOS OJOS DE EDIPO
Jhon Monsalve
Últimamente me ha dado por adentrarme en uno de los personajes míticos que ha trascendido las barreras del tiempo y la indiferencia. Esta lectura recurrente me ha servido para acatar algunos puntos que son del saber académico y que quiero poner en consideración. Metámonos en las pupilas del héroe trágico, sintamos que nos saca con rabia, que nos aruña sin culpa y que nos balanceamos en alguna retina. Caigamos al abismo de la crueldad y del destino predispuesto por los dioses.
           1.      Edipo Rey como mito incluso sicológico: a inicios del siglo XX los estudios de Freud retomaron el mito griego de Edipo para proponer una teoría que consistía en explicar una especie de patología referente a la atracción que hay del niño hacia su madre en las primeras etapas de vida y la necesidad inconsciente de matar al padre. Cosa con la que difiero (tal vez como muchos) por el hecho de que no fue por inconsciencia que Edipo se acostó con su madre y asesinó a su padre, porque, de ser así, habría sucedido tal evento con Lábdaco, personaje considerado desde un principio como el padre biológico de Edipo, del cual huyó para que el vaticinio de los dioses no se llevase a cabo. Además, el héroe trágico no mata a su padre para amar más a su madre o estar solo con ella, sino que lo mata para proteger su vida. El deseo inconsciente no se puede equiparar, de ninguna manera, a una relación muy consciente por parte de Edipo y su madre. Así las cosas, el complejo de Edipo, aunque innovador en la teoría sicoanalítica y muy bien argumentado desde otras posturas, no se corresponde en su totalidad con lo descrito en el mito.
            2.      Edipo como representación del sufrimiento humano: Una de las razones por las que la tragedia griega y los mitos nos atraen tan fuertemente es la estrecha relación de sentimiento de personajes de papel de más de 2000 años con los sentimientos del hombre de ahora. Después del hecho patético que tuvo lugar en la tragedia “Edipo Rey” y que consistió en la extracción de los ojos del personaje a causa de la ira y de la desesperación que sintió luego de enterarse que había matado a su padre y que había tenido relaciones maritales con su propia madre, y luego, además, de  ver a su madre ahorcada por su congoja y estupefacción; después de tal hecho, pidió ser expulsado (según “Edipo Rey”) de sus propias tierras pues consideró que su presencia traería desgracia para Tebas. En Edipo en Colono, en cambio, el personaje afirma que fue expulsado de la tierra por sus propios hijos varones. Este hecho aumenta el sufrimiento del héroe trágico, que es compadecido por el coro de ancianos todo el tiempo. El dolor aumenta cuando Creonte, después de ver que Edipo no quiere morir en Tebas sino en Colono (pues Ismene ya le había avisado los planes del rey actual tebano) rapta a sus hijas, que hasta el momento habían remplazado sus ojos. Acto seguido, llega Polinices, uno de sus hijos que lo expulsó de Tebas, a pedirle que lo ayudase para que el trono que Eteocles, su hermano menor, le había robado injustamente, le fuese nuevamente concedido. Edipo lanza una maldición hacia sus dos hijos, que se va a ver corporeizada en Los siete contra Tebas, de Esquilo. El sufrimiento, pues, está presente en toda la obra: el incesto, el parricidio, el rapto de sus hijas, la maldición hacia sus hijos, y la muerte final, muy extraña, por cierto.
           3.      Los hechos veraces y algunas causas: La peste que tuvo lugar en Tebas hacia el año 430 antes de nuestra era fue el pretexto y el contexto que utilizó Sófocles para poner a su personaje Edipo ante el sufrimiento y la desesperación total. La peste es la que parte en dos la historia; sin ella, no habría sido posible la búsqueda del culpable de tal mal que azotaba a la nación. Un error de Layo fue el causante de que incluso la tercera generación masculina (y de otro modo, la femenina) de esta familia sufriera las consecuencias de la desobediencia divina. Layo no debía tener hijos si quería la protección de su tierra, y sin embargo, tuvo, sin pensar en las consecuencias, a Edipo. Por otro lado en Edipo en Colono, de Sófocles, se evidencia, como ya se adelantó arriba, la nostalgia de la vejez del autor con relación a la de Edipo y a la del Coro, que eran ancianos colonos. La editorial Cátedra en la edición de las obras completas de los tres dramaturgos trágicos afirma: “En el estásimo tercero el coro dice que lo mejor para el hombre es  no haber nacido o morir cuanto antes sin soportar las penas de la vejez. No es difícil suponer que hay una cierta identificación del autor con Edipo anciano y el coro de ancianos de Colono”.
Yo, por mi parte, me voy a seguir leyendo textos que pareciesen escritos ayer, pero que demuestran que, aunque pase el tiempo y sin importar la época o el lugar, los sentimientos humanos nos van a identificar para siempre. Porque el mundo puede cambiar, pero la sensibilidad nos vuelve a rencontrar en la literatura. 

lunes, 5 de noviembre de 2012

Análisis "Ifigenia en Táuride"


IFIGENIA EN TÁURIDE
Jhon Monsalve

El fin del siguiente texto es presentar un  balance de lectura  analítica  en torno a una de las tragedias del dramaturgo griego Eurípides.  Es indispensable, desde ahora, tener claro que hablamos de una Tragedia que, en orden de acontecimientos, procede a Electra, del mismo autor. Orestes había vagado por el mundo huyendo de las Erinnias a causa de haber sido el asesino de su propia madre. Salió en compañía de Pílades, prometido en matrimonio de su hermana Electra, en busca de una solución a su martirio. Febo vaticinó que la única solución para que Orestes pudiera sobrevivir era dirigirse al templo de la diosa Artemisa para robar la estatua que había caído de Urano y que era muy representativa en tierra de Toas, rey de Táuride. Fue a cumplir tal designio y, junto a una tripulación de remeros, llegó en barca hasta el lugar.
 Decidieron esconderse, pero fueron descubiertos por un  grupo de boyeros, que informaron de inmediato a Ifigenia de la presencia de extranjeros. Ifigenia, hija de Agamenón, es conocida por todos como la niña que muere por  manos de su padre cuando estaba por definirse la batalla de Troya. Sucede que, según lo presenta esta tragedia (Ifigenia en Táuride), Artemisa había puesto en su lugar un animal que fue quien en realidad recibió el golpe mortal de Agamenón. La raptó y la colocó como la encargada de asesinar a todo extranjero que tocara su tierra. En este caso, los dos extranjeros, sin saberlo, llegaron al lugar donde encontrarían a la que por siempre habían tomado como  muerta.
 Con la inocencia que da la ignorancia de las cosas, Ifigenia comenzó a interrogar a Orestes sobre Agamenón y sus hijos, y  le fue grata la conversación. Decidió enviar una carta a sus familiares por  medio de  él, pero afirmó  que debía morir su compañero, es decir, Pílades, para cumplir con lo establecido en las leyes de esa tierra y con lo que consistía su trabajo. Sin embargo, Orestes no estuvo de acuerdo con tal designación y pidió que la persona que debía morir fuese  él, pues Pílades había ido con la disposición de compañía. Ella comprendió y dijo lo que abrió los ojos de la ignorancia: “Lleva esta carta a Orestes”.
A partir de ese momento, empieza el protagonismo femenino más puro que pueda presentarse en la Tragedia griega e, incluso, en la literatura universal. Se abrazan, y empiezan a planear, con autoría e ideas de Ifigenia, la manera de llevar a cabo sus planes de salvación sin que ninguno de los tres saliese perjudicado. Y propone Ifigenia un plan que podría resumirse de esta manera: Sacaría la estatua de su lugar con la excusa puesta ante Toas de que debía purificarse a causa del contacto que tuvo con Orestes. Así, la lleva hasta el mar junto con Orestes y Pílades, que iban encadenados y custodiados por algunos vigilantes. Todo esto estaba previamente preparado. Tanto que Ifigenia logró infundir el miedo en la comunidad para que nadie saliera de su casa y se contaminara, por este hecho, de la trágica existencia de Orestes y su familia.
Los llevaban encadenados para purificarlos de igual manera que la estatua. Ifigenia ordenó que los guardianes se quedaran lejos del lugar de la purificación pues podría ser contraproducente. Y fue así como pudo huir junto a su hermano y Pílades hacia las tierras en que la estatua debía ser puesta para que la muerte de Orestes ya no fuese inminente. Los dioses estuvieron a su favor, aunque una tormenta iba a detener su empresa. Las palabras de Ifigenia fueron: “¡Oh, hija de Latona, sálvame que soy tu sacrificadora; condúceme a la Hélade, lejos de esta tierra bárbara, y perdona mi latrocinio! ¡Tú que amas a tu hermano, Diosa, piensa en que yo amo al mío!” Esta tragedia, a diferencia, de muchas, no presenta muerte al final de la obra. Lo trágico se comprendería, por ende, como el sufrimiento de los personajes causado por errores ancestrales cobrados por los dioses y  por las situaciones predestinadas por los oráculos. 

viernes, 2 de noviembre de 2012

Análisis literario de "Cóndores no entierran todos los días"


ANÁLISIS DE “CÓNDORES NO ENTIERRAN TODOS LOS DÍAS”,
DE G. ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

Jhon Monsalve


Sobre la novela “Cóndores no entierran todos los días”

Esta novela fue escrita en el año 1971 en Torobajo, según lo afirma el mismo autor, Gustavo Álvarez Gardeazábal, al final de la obra. El título hace alusión al grupo conservador que se consolidó en Tuluá en los años 50 del siglo pasado. Eran llamados Los pájaros, y el cabecilla era apodado “Cóndor”. La última proposición de la novela le da el nombre al libro. Como se puede intuir: si el cabecilla era León María, que fue apodado, como ya se afirmó,  el Cóndor, pues lógicamente es él quien muere y es enterrado.
La obra se desarrolla en la época de la violencia en Colombia; específicamente en Tuluá hacia el año 1953, aunque hay hechos que suceden antes y después de esta fecha. La novela parte de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán y sus consecuencias sociales y políticas en la tierra de donde es oriundo el autor. Todas las acciones giran en torno a León María, un conservador perfectamente caracterizado por Álvarez Gardeazábal: celoso con su mujer y con su partido político, con comportamientos y pensamientos radicales y con dos nombres que se contraponen entre sí, pero que lo describen: León, que es el fuerte, el devorador y rey de una selva que se pierde entre los límites de la mala política y de los conflictos sociales; María, por su parte, representa la parte frágil, la enfermedad de asma, la constante amenaza de muerte, lo vulnerable que resultaba al fin y al cabo. Desde un principio defiende el colegio de los salesianos que iba a ser derrumbado por los liberales furiosos a causa de la muerte de Gaitán. Luego, hace tratos con algunos conservadores de regiones cercanas para consolidar la defensa conservadora en Tuluá y manejó armas con un grupo criminal y de ideologías radicales, como lo afirma Sebastián Brito Cardona:
La novela  Cóndores no Entierran Todos los Días  que nos describe un  problema ideológico entre sus personajes, un riguroso conflicto social, como el  resultado de una permanente disputa bipartidista, manifestado en hechos  violentos. Hace, genera en la secuencia de la novela, una circularidad  colectiva, una permanente relación grupal entre sus personajes, que son los  actores y seres activos de una manifestación que fundamenta y caracteriza un  ideal cultural como sociedad implicada en el desarrollo  y la extensión de la  violencia, una comunidad que pensó egoístamente en sus propios intereses sin  pensar en el daño que le harían y el horror que causó a otros.
Hubo intentos de respuestas a los hechos trágicos que se iban presentando en Tuluá, como los muertos que aparecían en los ríos, o en las calles, o en las puertas de sus casas, pero con una característica en común: sin documentos, y partidarios liberales, sin ninguna duda, cosa que se comprobó mientras se iban desarrollando los hechos. Incluso intentaron envenenar a León María, pero no lo lograron. Lo que sí es cierto es que fue una mujer, Gertrudis Potes, la que se puso los pantalones para enfrentársele al Cóndor, denunciado el asesinato del locutor de la emisora que ya había sido censurado en varias ocasiones. La carta que aquella mujer mandó a El Tiempo fue firmada por nueve celebridades liberales de Tuluá, que fueron muriendo poco a poco a manos de los hombres del Cóndor. Cuando hubo, al fin, cambio de poder y León María fue exiliado de su tierra, murió como se lo habían predestinado: en la calle y tras un ataque de asma, al parecer asesinado por Simeón Torrente. Esta obra es el punto máximo y, al mismo tiempo, la desintegración de una ideología radical entendida en su tiempo y en su espacio, en aquellos crudos años de la violencia en Colombia.

Sobre la novela de la violencia

“Cóndores no entierran todos los días” es tal vez la novela cumbre de la época de la violencia en Colombia. Si bien es cierto, y lo ha afirmado el mismo Gustavo Álvarez Gardeazábal, que no se ha hecho una novela de esa época que presente una elaboración estética digna de reconocimiento, también lo es que Cóndores no entierran todos los días cumple con dicha característica, a mi modo de ver, y al modo de ver de muchos; afirmación que se comprueba cuando nos enteramos de que esta novela es la más leída en el ámbito internacional con respecto a la época de la violencia en nuestro país. En voz de Álvarez Gardeazábal, entendemos lo que se necesitaría para llevar a cabo la escritura de la novela perfecta de ese periodo, y nos damos cuenta de que estas características las tiene la novela cumbre del autor tulueño (lo siguiente es citado por Maritza Montaño González):
 No habrá una novela de la violencia que recoja todo el periodo y lo  vuelva trascendente, y en este caso sería  el final del periodo  evolutivo que mencionábamos, hasta que no se rescaten esos  valores mínimos de apreciación estética en medio de los [sic] que  todos consideran una vergüenza nacional. Hasta que no se tome una  conciencia exacta para que el fenómeno ni apasione ni aleje. Para  ello el autor debe haber SENTIDO la violencia, estudiado  detalladamente sus frutos y consecuencias y logrado de todo ello  una visión objetiva capaz de ser fabulada. Antes de llenar estos  requisitos no se producirán sino obras iguales o peores que las aquí  analizadas (Álvarez Gardeazábal  Novelística 101).
El hecho de que León María, el personaje principal de la novela, sea conservador y que las acciones giren en torno suyo, no hace que se pierda la objetividad del autor y de su intención al escribir la obra. Los hechos se presentan en contexto y hay que entenderlo como tal, y que si bien es cierto que los liberales tuvieron su cuarto de hora, también lo es que los conservadores, como todo lo que se narra en la obra, hayan sido partícipes de una de las más grandes mortandades en Tuluá. No es de catalogar (y en ningún momento se siente eso ni por la intencionalidad del texto ni por la intención del autor) de una sola postura la novela de Álvarez Gardeazábal: simplemente se narran hechos basados en eventos reales con algunos nombres reales... que corresponden a los ocurridos en Tuluá hacia el año 1950 y sus alrededores. ¿Por qué da la impresión, entonces, de que hay una configuración negativa del conservadurismo en esta tierra? La respuesta es sencilla: porque, primeramente, hay que entender que el autor selecciona, al momento de escribir, lo que se denomina Cronotopo, que no es más que el tiempo y el espacio en que suceden los hechos. Debe ser concreto: debe limitar lo que cuenta, para que la información, las ideas y los propósitos no cojan otro rumbo.
Gustavo Álvarez Gardeazábal es uno de los más y mejores críticos periodistas de nuestro país. Hace poco fue víctima del robo de sus computadores personales, que tenían información acerca de su programa radial en Caracol Radio. Se culpa del hurto al Ejército Nacional, pues coincidencialmente aquel día estaban en una especie de patrullaje en cercanías de su hogar. Se afirma que tal hecho se debe al grado de criticidad con el que habla libremente de problemas sociales y políticos en La Luciérnaga, de Caracol. Este tipo posturas podrían, por ende, conformar una especie de argumento válido y tal vez coherente de que la novela “Cóndores no entierran todos los días” sea una crítica al partido conservador y sus abusos en los años 50 en territorio tulueño. Y no nos equivocaríamos: es una crítica a eso, pero no por esto le resta objetividad al asunto. Si el autor hubiera sido subjetivo con la narración no habría mostrado heroicamente la acción de León María de atacar con una especie de explosivo a la turba que iba a acabar con el colegio salesiano. Esta obra es objetiva en todo el sentido de la palabra, pero comprendiendo con anticipación que el autor presenta un espacio y un tiempo que deben ser respetados. Para mí y para muchos será esta obra la cumbre de la literatura bien hecha de  nuestra cruel época de la violencia.