Páginas

viernes, 5 de julio de 2019

Reseña de Antropología estructural, de Lévi-Strauss


Reseña de Antropología estructural, de Lévi-Strauss

Jhon Monsalve

 Resultado de imagen para ANTROPOLOGÍA ESTRUCTURAL IMAGEN

Lévi-Strauss, C. (1987). Antropología estructural. Barcelona: Ediciones Paidós.

Contexto de la obra

Para comprender a Lévi-Strauss, es importante situarlo en un paradigma teórico que regiría por décadas —y aún lo sigue haciendo— el estudio de las relaciones humanas, a partir de universales y leyes generales de oposición y composición: el Estructuralismo. Este modelo, que abarca gran parte del siglo XX, surge, en principio, de la Lingüística, hecho que es conocido por el autor de Antropología estructural en Norteamérica por voz de Jacobson, quien, entre otras cosas, “le descubrió a Ferdinand de Saussure y los avances de la lingüística estructural. De ahí extraerá la inspiración y los elementos teóricos que necesitaba para sus análisis etnológicos” (Gómez García, p. 3). Dentro de los estudios en el ámbito fonológico, Lévi-Strauss reconoce un método apropiado para las relaciones de parentesco en las sociedades primitivas; en la primera parte del libro que aquí se reseña, hace una explicación detallada de aquello que la Lingüística podría aportar a la metodología del análisis antropológico. El estructuralismo se configura, de esta manera, como el derrotero de una de las teorías de las Ciencias Sociales más importantes en las últimas décadas del siglo anterior.
Entre otras características contextuales, se rescata el centenario de Durkheim en el año de publicación de Antropología estructural: 1958. Es más, Lévi-Strauss, al inicio del libro, dirige una dedicatoria al sociólogo francés quien, desde las Reglas del análisis sociológico, se interesa por regularidades que pueden buscarse en el estudio comparativo entre las sociedades presentes y la información hallada de las primitivas. Basado en este y en otros sociólogos como Mauss, además de lecturas marxistas y filosóficas y de relaciones académicas con Merleau-Ponty y Roman Jacobson, Lévi-Strauss crea, a mediados del siglo XX, una concepción científica de las sociedades, especialmente, de las primitivas.


 Breve biografía del autor

Claude Lévi-Strauss nace en Bruselas el 28 de noviembre de 1908 en una familia de origen judío, característica que, años después, le habría de implicar su exilio y protección en Estados Unidos, dentro del selecto grupo de intelectuales europeos que corren cierto peligro durante la Segunda Guerra Mundial. Desde niño, tiene acceso a la cultura, gracias a que, en su casa, practican el arte, la música y la lectura. Se interesa por la Filosofía y se doctora en Letras con el pasar de los años; sin contemplarlo, una universidad brasileña le ofrece cátedras y oportunidades de investigación en los años treinta; por tanto, viaja al país latinoamericano con el fin de trabajar y, sin intuirlo, inicia, junto a su primera esposa, un recorrido por algunas comunidades indígenas de Brasil. Es por esos años que surge en Lévi-Strauss el interés por la etnografía, gracias al cual sería reconocido como uno de los grandes antropólogos del siglo XX en occidente.



 Estructura del texto

Lévi-Strauss estructura el libro en cinco grandes apartados: la introducción, que contiene cinco capítulos; la segunda parte, constituida por tres secciones; el tercer apartado, compuesto por cuatro capítulos; la cuarta parte divida en dos y el quinto apartado, formado por tres secciones. Es importante aclarar que todos los artículos que componen el libro son publicados antes del año 1958 en diferentes revistas y conferencias; no obstante, el autor anexa algunos apéndices con el fin de complementar la información de ciertos textos académicos. A continuación, se expondrán las ideas generales de cada uno de los apartados, haciendo énfasis en los elementos más importantes de los capítulos que constituyen cada sección mayor.

Tesis principales y secundarias

Idea principal del primer apartado: La Antropología puede alimentarse metodológicamente de los estudios lingüísticos

Para Lévi-Strauss, la antropología cumple con las características de la semiología, propuesta por Saussure. Para la antropología, todo está configurado por símbolos y signos. Basado en Radcliffe-Brown, concibe que la antropología social es una ciencia que estudia hechos para descubrir las características de la sociedad: analizar sus partes constitutivas y establecer correlaciones. En el autor surge una pregunta que sirve como derrotero metodológico: ¿existen redes de relaciones que hacen similares a los grupos humanos que antecedieron en a la cultura actual? Para ello, plantea adecuar en la Antropología el método de análisis estructuralista de la Fonética, no sin antes dejar claras ciertas bases.
Para iniciar sus apreciaciones, el autor presenta la diferencia entre etnografía, como la disciplina encargada de observar las prácticas de comunidades, y la etnología, como el campo que, basado en los documentos de los etnógrafos, compara realidades sociales de una cultura.  También plantea una disparidad entre la historia y la etnología como ciencias sociales. Lévi-Strauss considera que ambas estudian al ser humano fuera de las latitudes en que vive: la primera, por tiempo, y la segundo por espacio. Esto indica que la etnología estudia también el pasado del hombre, con base en las informaciones otorgadas por los etnógrafos, pero con la diferencia del método con la historia: esta última se interesa por desentrañar las expresiones conscientes de la vida social, mientras que las inconscientes son propias de la etnología (entiéndase por inconscientes el estudio del mito en esas culturas). Las dos poseen el mismo objetivo: lograr una comprensión del hombre.
Paso seguido, el autor desarrolla la idea de que la sociología se complementa metodológicamente con la Lingüística, hasta el punto de considerar los mismos fines generales: concibe universales lingüísticos en los fonemas que utilizan las lenguas del mundo para comunicar. De la misma forma, la sociología se interesa por leyes de parentesco, es decir, formas similares en que se relacionan los seres sociales independientemente del lugar en el que estén. En este punto, empieza el desarrollo fundamental del primer apartado.
A renglón seguido, Lévi-Strauss comenta la propuesta de Wiener: las leyes que rigen a las matemáticas no son las mismas que rigen a las ciencias sociales, en vista de la participación subjetiva y, por ende, la influencia que el observador pueda tener sobre los sujetos que estudia. No obstante, para Lévi-Strauss estas leyes sí se pueden aplicar a la Lingüística, puesto que tal subjetividad no determina ni modifica las leyes propias de la lengua. Nuevamente, el autor enaltece el rigor metodológico de la Fonología, ahora, incluso, en cuanto sistema que podría comprenderse ampliamente a través de la informática. Surge otra vez en él el interés por relacionar tales alcances metodológicos en los estudios de corte antropológico.
En el mismo sentido, existen tres problemas en los estudios planteados hasta el momento, según Lévi-Strauss: la relación entre lengua y cultura, entre lenguaje y cultura y entre lingüística y antropología. Al respecto, se concluye que el hombre adquiere la cultura a partir del lenguaje y el lenguaje comparte la misma arquitectura con la cultura. Existe, por ende, una relación intrínseca.
Por lo anterior, el autor manifiesta su envidia ante el método de la Lingüística, que parece muy naturalista. Luego del ánimo de acercarse al rigor lingüístico, Lévi-Strauss propone una metodología basada en la comparación de dos comunidades bastante alejadas que poseen rasgos diferentes con respecto a reglas de matrimonio, organización social y sistema de parentesco. Considera que existen unas distancias importantes entre la cultura indoeuropea y sinotibetana, pero que, entre los pueblos aledaños, pueden hallarse congruencias. De este modo, se concluye que, efectivamente, las culturas estructuran de maneras diversas las relaciones de parentesco.
Finalizando el desarrollo de estas ideas en torno a la influencia del método lingüístico en la Antropología, y con base en Haudricourt y Granai, Lévi-Strauss expresa que existen tres tipos de reglas en la sociedad que la determinan: reglas de parentesco, reglas económicas y reglas de comunicación, las cuales son sistemas de intercambio comunicativo. Sin embargo, existen otros lenguajes en las culturas: arte, mito, rito y religión, también determinantes, que se desarrollarán a lo largo de otros apartados.
Manteniendo las oposiciones propias del estructuralismo, Lévi-Strauss propone como ejemplo otro lenguaje: el de la cocina, cuyas unidades serían los "gustemas"; así, considera que la cocina inglesa, verbigracia, no contiene la distinción entre sabroso e insípido, mientras que la francesa sí, o también que la cocina inglesa cuenta con materiales primas nacionales (relación de endógeno y exógeno), mientras que la francesa no.

Idea principal del segundo apartado: La organización social puede hallarse en los albores de las comunidades primitivas

En principio, el carácter primitivo de una cultura no se comprende, desde Lévi-Strauss, como un retraso social. Desde este punto, intenta descubrir en varias culturas sus cualidades intrínsecas heredadas de los pueblos muy primitivos. Es imposible reconocer a ciencia cierta las cualidades de las primeras culturas, pero, tras un método de contraste, se llega a la conclusión de que existen culturas que pueden definirse, al menos pseudoarcaicamente, por medio de las diferencias con otras culturas. Se hallan semejanzas entre una cultura primitiva particular con otras a lo largo y ancho del mundo, pero sí se pueden descubrir elementos arcaicos de culturas primitivas con base en las diferencias; en últimas, es gracias a lo diferente con otros pueblos que se pueden determinar las cualidades intrínsecas de una cultura. No obstante, el autor considera que tal método no llena todas las exigencias para el descubrimiento del arcaísmo de una civilización.
El autor continúa sus argumentos criticando el hecho de que las formas como se conciben así mismas las culturas primitivas en el Brasil son alejadas de la realidad de su verdadera comprensión. Para ello, utiliza un método comparativo entre cuatro culturas brasileñas, en las cuales analiza las relaciones de parentesco que tienden a ser, en algunos casos, matrilineales y, en otros, patrilineales. Lo cierto es que, mientras tales culturas se perciben a sí mismas como exogámicas, son, en realidad, endogámicas por las relaciones matrimoniales que forman. Esta es, sin duda, una visión interesante que indica el nivel de percepción de occidente sobre culturas que han construido formas de vida en sus contextos.

Idea principal del tercer apartado: La magia y la religión son prácticas relacionadas y universales
El autor aborda la relación indisoluble entre los chamanes y la colectividad. Existen lazos fuertes entre lo que hace creer el chamán y la fe de la colectividad sobre este hecho. Lévi-Strauss relata, entre otras, la historia de Quesalid (tomada de Franz Boas), hechicero de un grupo primitivo de Canadá, que se integró al chamanismo con el fin de comprender sus actos ilusorios. Con el tiempo, lo logró y se configuró en una autoridad que hacía curaciones representando enfermedades con bolas de pelos o con saliva; la colectividad creía en tales acciones y se curaba. Ante este hecho, el autor considera que el chamanismo es intrínseco de las sociedades primitivas y tiene frutos a raíz de la construcción social de los actos del chamán y las creencias que, al respecto, tienen los participantes de la comunidad.
Paso seguido, el autor presenta unas historias de chamanes bastante interesantes desde el punto de vista antropológico. Por ejemplo, hace alusión a un parto que se complica y en el cual, por ende, el chamán interviene para derrotar a Muu, que es la responsable de la formación del feto y que se apodera del alma de la que está pariendo. El chamán interviene con sus cantos, que acompañan los demás, para buscar el alma perdida; cuando esta es hallada, el parto vuelve a su normalidad. Así mismo, Lévi-Strauss, con base en la misma historia, describe ciertos viajes que realiza el chamán a través de sus palabras para encontrar el alma de la mujer. La presencia del mito aquí trasciende el contenido de lo que se cuenta. Estas experiencias son asociadas por el autor constantemente con el psicoanálisis.
Por último, el autor plantea que existe una estructura similar en el relato mitológico que permite comprender por qué en muchas partes del mundo se hallan las mismas narraciones a pesar de la lejanía. Los mitos, así las cosas, son universales, porque tratan el odio, el amor y la venganza. En este apartado, el autor comenta también la relación entre mito y ritual que debe comprenderse en el seno de cada cultura.

Idea principal del cuarto apartado: En el arte se hallan formas de vida primitivas universales relacionadas con la mitología de los pueblos
Lévi-Strauss halla, como en los mitos, unas conexiones importantes entre el arte de Asia y el de América. El autor considera que cabe la posibilidad de que esto se deba a que todos los humanos vienen de un mismo lugar o a que, estructuralmente, se hallan ligados los estilos y las demás características del arte. En un breve capítulo (el más corto del libro), Lévi-Strauss plantea nuevamente las relaciones existentes entre las culturas en cuanto a arte y mitología se refiere. En este caso, une las dos, haciendo alusión a una historia que narra la promesa de una serpiente de darle peces a cierto hombre, si este la transporta. Esta figura aparece en materiales o instrumentos de culturas diferentes de América, lo que corrobora el hecho de que las narraciones tienden a ser universales en los pueblos primitivos.

Idea principal del quinto apartado: Existen aspectos estructurales y metodológicos en proceso de construcción dentro de los estudios antropológicos
Ante los desacuerdos y vacíos en torno al concepto de estructura, el autor propone como tal la representación de las relaciones sociales y plantea cuatro aspectos fundamentales: 1) la estructura es un sistema, el cual tiene implícita 2) la cualidad de transformación; por lo anterior, 3) se puede predecir cómo reaccionará el modelo y, por último, 4) este puede servir para todo lo observado. No obstante, el autor considera que la Antropología, al respecto, apenas está descubriendo las maneras de estructurar estas sociedades y, para ello, se basa en ciencias más avanzadas en ese momento.
El autor continúa el apartado contraargumentando las posturas de Gurvitch, Rodinson y Revel, quienes, previamente, han criticado las posturas del antropólogo francés, acotando, entre otras cosas, que empobrece la realidad social. Incluso, atribuyen una especie de poco aporte a la sociedad; a lo cual Lévi-Strauss dice poder responder con una pregunta similar, que los implica directamente: ¿Para qué sirve la filosofía?
El apartado y el libro culmina con el planteamiento del autor sobre los diversos significados que ha adoptado la antropología en los diferentes espacios científicos en el mundo. Según él, no existe un fundamento claro de dónde provienen las relaciones entre lingüística y antropología, que, habitualmente, proponen las universidades, cuando, en realidad, tienen objetos diferentes, aunque el método devenga del mismo estructuralismo. Entre otras cosas, el autor diferencia la etnografía, que es el trabajo de campo del investigador, de la etnología, entendida como la sistematización de las tareas realizadas en campo, con el fin de llegar a la antropología que, en pocas palabras, no es más que la conclusión de los dos procesos anteriores. Expresa, entonces, que la antropología es interdependiente de la etnografía y de la etnología. Ante las diversas ventajas que describe, el autor considera que la Antropología tiene la función de aportar a la comprensión social y cultural de los seres humanos.

Conclusiones de la obra

En vista de que el libro es una compilación de artículos previamente publicados por el autor, no se halla, de manera explícita, un corolario. No obstante, se pueden identificar las conclusiones de la obra en dos direcciones: 1) aprovechando el último capítulo, se hace notoria la concepción de Lévi-Strauss sobre el objetivo de la antropología, el cual se refiere a la comprensión sociocultural de los seres sociales en comunidad y 2) las cinco ideas fundamentales que desarrolla el autor son las siguientes: La Antropología puede alimentarse metodológicamente de los estudios lingüísticos, La organización social puede hallarse en los albores de las comunidades primitivas, La magia y la religión son prácticas relacionadas y universales, En el arte se hallan formas de vida primitivas universales relacionadas con la mitología de los pueblos y Existen aspectos estructurales y metodológicos en proceso de construcción dentro de los estudios antropológicos. Estas proposiciones generales van desde lo estructuralista, como paradigma teórico, hasta la sistematización de experiencias etnográficas vividas y analizadas por el autor. Antropología estructural es una completa representación del hombre primitivo en cuanto a su organización social que devela los fundamentos, a su vez, para la comprensión del hombre actual.

  Comentarios y crítica

Valorar la obra de Lévi-Strauss es bastante complejo. En primer lugar, una lectura objetiva, teórica y válida demandaría, por ejemplo, del conocimiento preciso del Estructuralismo desde la Lingüística o de las características de la etnografía a mediados del siglo XX. Aunque se ha desarrollado a lo largo de esta reseña una descripción crítica de Antropología estructural, es tan amplio el conocimiento que expresa el libro que fácilmente podrían escaparse ideas importantes del desarrollo teórico del autor. Con lo que se ha alcanzado a comprender, se ha logrado una visión global de la propuesta de Lévi-Strauss, sustentada desde universales y leyes generales, que permiten, a partir de oposiciones y demás estrategias estructuralistas, la comprensión social de las comunidades primitivas. Lo cierto es que cada capítulo se entreteje de forma ideal con los siguientes y anteriores: el paradigma se comprende, así las cosas, en función de las estructuras sociales de aborígenes de distintas partes del mundo, caracterizados por sus creencias, artes, mitos y rituales que hacen posible el entendimiento de culturas diferentes a las occidentales tradicionales, forjadoras, eso sí, de sentidos ricos y diversos.

Bibliografía complementaria

Gómez, P. (2010). Claude Lévi-Strauss. Vida, obra y legado de un antropólogo centenario. En: Gaceta de Antropología, No 26-1.


No hay comentarios:

Publicar un comentario