¿Qué es la investigación-acción en educación?
Jhon Monsalve
Todos hemos escuchado hablar de constructivismo.
Sabemos que generar procesos de pensamiento activo (crítico y científico) en
los estudiantes es la meta de la educación del presente. Sabemos también que el
dictado, la memorización y la creencia absoluta en lo que dice el docente son
aspectos que han perdido valor en las últimas décadas. Nos enfrentamos ahora al
reto de saber cómo elaborar procesos de pensamiento dentro del aula de clase, a
partir de los cuales los estudiantes puedan participar activamente en la
construcción de su propio aprendizaje y desarrollo.
La investigación-acción viene a apoyar este
objetivo. No nace a la par del constructivismo, pero sí se emparenta
directamente con él. El nacimiento de la investigación-acción se lo debemos a
Lewin, quien, a mediados del siglo XX, propone para las ciencias sociales en
general una metodología de investigación, mediante la acción. Luego de este
autor, Stenhouse plantea las bases de esta metodología en el ámbito de la
educación. Con el tiempo, aparecen, entre otros, Elliot y Mckernan, que son dos
de las autoridades más referenciadas en los trabajos o artículos científicos
que describen tal proceso.
Todos los autores convergen en que la
investigación-acción se da en la práctica y con la intervención directa del
maestro dentro del proceso. El maestro puede proponer o escuchar propuestas de
los estudiantes y, a partir de ello, plantear ciclos de desarrollo y de
aprendizaje. Para ello, configura, solo o junto a los estudiantes, un plan de
acción que surge de una necesidad y que será puesto en práctica en el
desarrollo de una secuencia de aprendizaje, evaluada con constancia. Luego de
un primer ciclo, el docente y/o los estudiantes plantean nuevos inicios para
potenciar los aspectos que no hayan sido exitosos o completados durante el
primer ciclo.
El desarrollo de esta metodología se entiende
siempre desde un planteamiento de investigación, que considera la delimitación
del problema, la revisión de antecedentes, así como la concreción de objetivos,
la construcción del marco teórico y la determinación de la metodología, a
partir de fases, estrategias e instrumentos. Luego de este planteamiento, en la
acción se ejecutan las actividades planificadas y se reflexiona constantemente
sobre el proceso, con el fin de tomar caminos para la propuesta de nuevos
ciclos de acción, que se caracterizan por revisar el problema, replantear las
soluciones a lo que ha faltado y proponer nuevos caminos de acción. Estos, de
ser necesario, se evaluarán con el fin de continuar o no el proceso de
desarrollo y de aprendizaje.
La investigación-acción suele asociarse con la
pedagogía por proyectos o con el aprendizaje basado en proyectos. Cualquiera de
estos enfoques tiene como base la metodología de investigación-acción y, por el
número de ciclos que puedan surgir para solucionar los problemas que se
presenten en la acción, es imposible determinar cuánto durará la pesquisa
dentro del aula (o fuera, según sea el caso).
Desde este blog, invito a los docentes a que busquemos alternativas para investigar la acción educativa, con el fin de que nuestros estudiantes alcancen las competencias de pensamiento crítico y científico, que siempre hemos querido. Ya hemos superado el umbral del dictado y de la memorización; a muchos nos falta llegar a la investigación-acción. El interesado puede empezar revisando qué es la pedagogía por proyectos, el aprendizaje basado en proyectos y las secuencias didácticas. ¡Muchos ánimos!
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