Páginas

jueves, 1 de agosto de 2013

Tras un análisis de “El vuelo de la reina”, de Tomás Eloy Martínez

Tras un análisis de “El vuelo de la reina”, de Tomás Eloy Martínez

Jhon Monsalve

Imagen tomada de internet
El presente texto tiene como fin el acercamiento al análisis de la novela ganadora del Premio Alfaguara 2002, pero en ninguna manera es una interpretación de la obra o un trabajo investigativo sobre ella. Aclaro lo anterior por si, llegado el caso, lo que escriba en este texto no sea más que unos comentarios simples o complejos, pero al fin de cuentas solo comentarios. La complejidad e importancia de “El vuelo de la reina” merece análisis mucho más profundos.
La trama
Camargo, el director de  El Diario (periódico crítico e importante en Argentina, según el contexto de la novela) es un hombre de avanzada edad que, luego de experiencias negativas en torno a relaciones familiares, entre ellas, las de la madre, que lo abandonó, adopta ciertos comportamientos obsesivos en la relación amorosa que mantiene con Reina Remis. El primer capítulo del libro presenta escenas voyeristas que, como leimotivs, se encontrarán en el transcurso de todo el libro. Camargo observa a Reina desnuda desde un telescopio en un un edificio aledaño a la residencia de la joven periodista. Con el pasar del tiempo, esta mujer llega a trabajar a El Diario, se relaciona con Camargo, por sus cualidades al momento de escribir, cubre varias noticias en torno a la sociedad y políticas del año 2000 en Argentina, y logra, en tiempo récord, un aumento tanto de puesto como de salario. Reina cree enamorarse de Camargo, viajan juntos, viven experiencias juntos, gratificantes para los dos, pero, en cierta ocasión, mientras Reina trataba de convencerlo para que fuera a visitar a Ángela, una de sus hijas que estaba a punto morir en un hospital de Estados Unidos, Camargo explota, la golpea y empieza a decaer la relación y se empieza a complicar. Entre aceptaciones y prohibiciones, Reina viajaba a cubrir noticias que luego el periódico, tras el estudio respectivo, decidiría si las publicaban o no. Ella se alejó de Camargo, con toda razón, y aunque trataron de retomar las cosas, ya existía un verdadero amor para Reina, y muy distinto de la simple, y esto le dolía a Camargo, admiración que sentía hacia él. Camargo la siguió vigilando, aumentó la intensidad expiatoria, pero ella, en Colombia, mientras hacía una entrevista a dos cabecillas de la guerrilla, vivía un romance amoroso con Germán, un periodista bogotano, con el que se escribía por correo electrónico constantemente; de esto Camargo ya tenía sospechas.
Para evitar que Reina lo traicionara o mirara hacia otro lugar que no fuera el suyo, Camargo decidió perjudicarla de tal manera que él fuera el único hombre que aceptara amarla como quedara. Para esto, contrató a unos indigentes que eran extranjeros exiliados a causa de la Guerra de Kosovo, y a los cuales prometió los pasajes de vuelta a su país de origen a cambio del favor. Era simple: que él, el hombre, violara y contagiara de enfermedades venéreas a Reina, mientras ella dormía profundamente después de que Camargo le agregara a un líquido que Reina acostumbraba a beber cierta sustancia que le producía sueño. Y así pasó, y para garantizar que Reina volviera con él, decidió llamar a todos los periódicos para decirles que Reina los había traicionado y que, por lo tanto, no era éticamente profesional. De esta manera, decidió alejarse, cargar con el peso de que la habían violado sin saber quién, el peso de que Germán, su enamorado, no le creyera, no la apoyara, decidió alejarse, montar a caballo, y Camargo la siguió hasta el fin, hasta la casa de los padres de ella, la vigilaba todo el tiempo, y luego, la mató, dos tiros, la mató, y la vida lo castigó con una silla de ruedas y con Brenda, su exesposa, a su lado, cuidándolo y dándole el cariño que él, Camargo, nunca le brindó a ella ni a sus hijas. 
Los matices
No sé si hablar de propósitos o de matices en la obra para huirle al término Interpretación. Hablemos del contexto: el año es 2000, el lugar, Argentina, y se viven situaciones políticas llenas de corrupción y de malos manejos administrativos, que son, precisamente, los que El Diario saca a la luz. Un gobierno que se aprovecha de las creencias religiosas para hacer de las suyas. Esta es, en parte, la importancia de la presencia de la teología estudiada por Reina. Otro matiz, más allegado a los personajes, tiene que ver con la transposición que hace Camargo de los valores maternales a los amorosos. Es decir, la influencia sicológica dejada por la madre se extrapola a la relación con Reina y, en muchas ocasiones, se le compara con ella. Incluso el padre de Camargo, y tal vez por el mismo motivo, llama Puta a Reina Remis. Al respecto, Leonardo tarifeño afirma que:
“El vuelo de la reina pierde el juego místico y transforma el pecado del protagonista en el eco psicológico de un trauma infantil. Camargo, el combativo director de un diario argentino en tiempos corruptos, es abandonado por su madre cuando todavía es un niño; la memoria de esa fuga se activa con otro abandono, el de su amante Reina, y a partir de entonces el crimen será la única alternativa para conjurar la ausencia materna y el rechazo amoroso. "La ternura perdida era como una pierna o un oído que le hubieran quitado y que lo disminuía ante las demás personas", dice el narrador, y Camargo llena ese vacío con la soberbia que le permitirá, a través del castigo físico a Reina, restaurar un orden ético donde la amenazante libertad de las mujeres siempre es condicional”.
 Por otro lado, encontramos la importancia y pertinencia de los nombres: Reina hace alusión a la abeja madre del panal y cuyo vuelo se lleva a cabo con el fin de fecundar, donde se aparea con varios zánganos. Para Camargo, Reina era como una abeja con tales características y, por esa razón, quiso cortarle las alas. No fecundaría fuera de su corazón. Camargo, por su parte, sufre una especie de similitud fonética con la palabra Amargo. Sus acciones se entenderían por ello.
Otros apuntes
Si bien es cierto que una obra literaria es independiente de la vida del autor, también lo es que no pueden negarse los valores de este que se presentan en ella. Tomás Eloy Martínez tal vez nunca habría situado las acciones de esta novela en una periódico si él no hubiera sido en vida periodista. Del mismo modo que no habría citado tantísimas películas para hacer referencia a ciertas acciones, de no ser porque era crítico y amante del cine. Y ni hablar del país en que se desarrolla la novela y de los actos de habla de los personajes.
Así las cosas, esta novela, que fue Premio Alfaguara 2002, es una representación de la sociedad argentina y latinoamericana del primer año del nuevo siglo. Se destaca, ante todo, el comportamiento del personaje Camargo, por motivo de la mala experiencia con su madre, y las decisiones y consecuencias que vienen con ello. Se evidencia, por otra parte, la crueldad y corrupción política, los problemas sociales y la libertad de expresión. El vuelo de la reina es, por último, el vuelo sin frutos ni retoños, opacados, como ya sabemos, por las obsesiones de Camargo.

3 comentarios: