La búsqueda
de una cohesión humana: reflexiones éticas del diario vivir
Jhon
Monsalve
Imagen tomada de internet
Nuestro tiempo parece ser a la vez el tiempo del
avance y de la retrospección. No hay que poner en duda que el progreso
tecnológico de los últimos años ha permitido que el humano tenga una vida más
cómoda, pero esta comodidad no puede justificar de ninguna manera el daño
ambiental que la tecnología causa. Las industrias arrojan los desechos a los
ríos, los automóviles eliminan a diario gran cantidad de CO2 que deteriora poco
a poco la capa de ozono y hasta el humano, que piensa solo en su beneficio, no
encuentra más lugar que la calle para botar el papel que estorba.
El problema de lo anterior podría radicar en el
egoísmo. Pensamos solo en nosotros, en nuestros intereses y si, para lograrlos,
debemos dañar el planeta Tierra y pasar por encima de nuestro prójimo, lo
hacemos porque pensamos tan individualmente que la sociedad y sus problemas se
los culpamos al destino. Y no nos damos cuenta de que con esto podríamos
empezar la búsqueda de la verdad: la cohesión de lo humano. Una búsqueda de
ética planetaria traería consigo la unión de la humanidad y el rencuentro de
esta con la tierra. Pertenecemos a la Naturaleza y lo hemos olvidado; somos uno
solo con nuestro prójimo y lo ignoramos apropósito. Posiblemente la verdad la
hallemos cuando dejemos nuestros intereses a un lado y actuemos en pro de la
Humanidad como conjunto y de la Naturaleza como parte de nosotros, pues solo
ahí encontraremos la cohesión de lo humano.
Nos hemos creado la idea de que el ser humano tiene
que pasar de un rango a otro, de una posición económica a otra, de un nivel
paupérrimo a uno exitoso, de pobre a rico. Parecemos animales de rango inferior
que luchan por ser de rango superior y que para alimentarse y aparearse
necesitan del permiso del animal superior. Nada más parecido al capitalismo:
cada uno que luche por sus intereses; que triunfe el más capaz y el más
adinerado y que el resto siga sumido en la pobreza y en la ignorancia.
Ahora bien, el problema descrito en el párrafo
anterior no se puede justificar de ningún modo argumentando que de esta manera
se forman las clases sociales para la defensa de sus integrantes y marginados. No:
el problema radica en que pensamos solo en nuestro beneficio y ponemos excusas
como la anterior para excusarnos y justificarnos. Todos como humanidad podemos
lograr la ética planetaria y social, que permitiría la vida por muchos más años
en la tierra.
En un sistema como el nuestro, los que tienen
dinero pueden invertir y multiplicar, mientras que los pobres, con lo poco e
injustamente que ganan, hacen lo posible por alimentarse. En nuestro sistema
tomamos la industria, la empresa y el avance tecnológico como nos conviene.
Pero no nos damos cuenta de las consecuencias: las máquinas industriales, por
una parte, causan un daño letal en el medio ambiente y, además, reducen el
trabajo de mano de obra, que antaño fue generador de vasto empleo. La comodidad con la que
vivimos nos está matando poco a poco.
En conclusión, podríamos decir que la búsqueda de
una cohesión humana se logra con la idea de que unidos podemos salvar la tierra
y la sociedad. La Tierra la estamos acabando a diario por el hecho de pensar en
nuestros propios intereses, por ignorar que nuestro beneficio puede ser el
beneficio de los demás. La cohesión humana podría ser, entonces, la búsqueda
ética por excelencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario