Análisis sincrónico del ESPAÑOL DEL siglo de oro con
base en el texto “El perro del Hortelano”.
Jhon
Alexánder Monsalve Flórez
Miguel
Ángel Pérez Carvajal
Imagen tomada de internet
Este
texto tiene como objetivo presentar un análisis sincrónico del Siglo de Oro,
tomando como base El perro del Hortelano, de Lope de Vega, en el que la
fonética, la morfosintaxis y el léxico del tiempo son un ejemplo de la
variación presentada en un mismo siglo y el cambio habido hasta nuestros
días. Al parecer, el siglo de Oro (o los
siglos de oro) comienza a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, con
la publicación en 1492 de La gramática de Nebrija, y unos años después, de La Celestina de Fernando de
Rojas; el periodo va hasta 1681, fecha de la muerte de Calderón. No
obstante, Alatorre afirma que el siglo de Oro aunque comience con Nebrija, culmina, en 1692, con
Sor Juana Inés de la Cruz.[i]
El
objetivo de la explicación anterior se debe a que en un periodo aproximadamente
de 200 años, llamado Siglo de Oro, se presentan variaciones en la lengua española
y cambios a partir de ese momento hasta nuestros días, y que, sin embargo, los
textos de ese siglo son entendidos casi en su totalidad por cualquier persona
de hoy: La literatura de los siglos de oro, desde la Celestina hasta Sor
Juana, está al alcance de cualquier lector[ii]. En La Celestina (1499) se encuentran palabras como
deleyte, alargasse; en La
Loçana andaluza, de Francisco Delicado (1528), palabras con ç
cedilla (quiçá), zetas en lugar de eses (Quinze), doble ese (ésse) en palabras
que hoy se escriben con una sola, verbos como haber que se escribían sin h
(ay, an), etc. Estas características hacen parte del español de la primera
mitad del siglo XVI que difieren con algunas características del español del
siglo XVII, según el texto de Lope de Vega. Por ejemplo: la ce cedilla desaparece;
la doble ese (ss), que posiblemente se utilizaba en posición intervocálica,
cambia en la escritura de la forma como hoy se presenta. Hubo cambios durante esos dos siglos; la mutabilidad de la lengua
se evidencia durante ese tiempo y, desde
entonces, hasta el día de hoy, como se verá gráficamente más adelante.
El
Renacimiento y el Barroco retoman de la cultura clásica muchas cosas; entre
otras, la mitología greco-romana, que de una u otra forma va a incidir en el
español de nuestros días: la omnipotencia de la mitología en los siglos de oro
ha dejado huellas en nuestra lengua: “todo
el mundo conoce expresiones como los placeres de Baco, las flechas de Cupido,
las delicias de Venus, el carro de Apolo, el soplo de las musas, la lira de
Orfeo, unas fuerzas hercúleas, ser un sátiro, ser un adonis, etc. Ovidio sigue
viviendo, y no solo en los libros, sino en la lengua hablada”[iii].
Ahora
bien, es importante aclarar que abajo se presenta una tabla en la que se
sintetizan y explican los fenómenos de los
siglos de oro (en realidad fueron dos); pero antes es importante y necesario
entender lo siguiente: hay que tener en cuenta que el texto de Lope de Vega es
una obra literaria; por lo tanto, los hiperbatones y las diéresis que aparecen
son simplemente características del verso poético que difieren sobremanera en el uso de la
lengua en la comunidad lingüística de aquel tiempo, es decir, el texto que se
tuvo como base para el análisis sincrónico de la lengua de los siglos de oro es
un texto literario que tal vez no sea fiel a los usos lingüísticos de los
hablantes del siglo XVI y XVII. Otra
cosa por tener en cuenta es que la realeza es el domino en el que se presenta la situación de enunciación del texto,
por lo tanto, podría decirse que el texto se acopla, posiblemente, al
vocabulario de ese dominio lingüístico.
Por
aclarar quedarían muchas cosas que se tratarán de exponer en la gráfica siguiente;
sin embargo, este texto explicará dos aspectos importantes, que aparecerán en
la información del cuadro: el leísmo y el recurrente uso del adverbio luego por parte de Lope de Vega. El
leísmo es uno de los errores más criticados por algunos estudiosos de la
lengua. En España su uso es mayúsculo, pero también histórico; Lope de Vega es
leísta como todos los escritores de los
siglos de oro: “en la primera mitad del siglo XVI este acusativo le domina en los escritores de Castilla
la vieja y León, a los que se suman después alcalaínos y madrileños, como
Cervantes, Lope…”[iv].
El leísmo en Colombia no está extendido. El adverbio luego es muy utilizado por Lope de Vega en El perro de Hortelano:
El significado de algunos adverbios y modos adverbiales difería del actual: luego conservaba el sentido de al momento,
enseguida, pronto”[v].
Así podría decirse que es notable el cambio de la lengua española con respecto
a nuestros tiempos, y que la variación lingüística se evidencia de forma clara
en la literatura de aquel entonces.
Gracias por la explicación, de la variación lingüística.
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