Paranormal
Colombia,
de Mario Mendoza: una realidad que asusta
Jhon Monsalve
Imagen tomada de internet.
No
soy un lector asiduo de las novelas de Mario Mendoza. Más por tiempo que por
prejuicios. Debo confesar que me gustan mucho los textos de su blog porque
presentan posturas políticas y sociales dignas de ser leídas en estos días de
decadencia. Es más, aunque gran parte del libro que aquí comento me pareció
algo ensayístico, espero leer un libro de Mario Mendoza que sea de ensayos con
temas sociopolíticos. Le iría muy bien. Creo que Paranormal Colombia fue una aproximación a lo que he esperado por
varios meses y que aún no encuentro. Aprovecho este espacio para solicitar
información sobre ensayos de este tipo que Mario Mendoza haya escrito en los
últimos años.
Aclaro
que este último libro de Mendoza no es ensayístico. Que haya sentido cierta
relación con este género cuando leí lo que algunos han llamado reportajes no quiere decir que Paranormal Colombia sea un libro de
ensayos. No lo es, pero algo tiene de ello. Un reportaje se comprende como un
género periodístico que narra sucesos o noticias con un lenguaje corriente y
manteniendo, en ocasiones, una postura notoria. La perspectiva de Mario Mendoza
se hace evidente, del mismo modo que la narración y que el lenguaje utilizado.
Es una interpretación de las entrevistas que hizo a ciertas figuras públicas y
no tan públicas de la sociedad colombiana que han experimentado situaciones
paranormales. No es un libro que invite al miedo, sino, más bien, a la
reflexión de cómo somos, cómo nos comportamos y qué formas de vida nos siguen
rigiendo. No pretendo negar o considerar como falso lo que los sujetos
entrevistados afirmaron, pero la lectura da pie para afirmar que, a partir de
esos discursos, se puede determinar unas creencias que son transversales en
nuestra sociedad colombiana, en medio de tanta violencia, de tantas guerras, de
tantas vainas.
Sí
considero que el segundo texto «Las extrañas e insólitas aventuras del
jardinero extraterrestre» es más una crónica que un reportaje, por su lenguaje
literario, por sus relaciones metafóricas. Y si me lo permiten (entiendo las
relaciones entre reportaje y ensayo), los siguientes textos, sobre todo,
aquellos que reflexionan sobre el fin de los días, a causa de la destrucción
del humano son más ensayísticos que otra cosa. Si no se interrumpieran con
entrevistas, serían ensayos completos, ricos de leer y que respetarían lo que Rafael
Reyes afirmó en cuanto que este género es un centauro porque es ciencia y arte
a la vez.
El
contenido varía de capítulo en capítulo. En el prólogo se deja claro su
objetivo: dejar, por momentos, al lado la realidad y centrarnos en lo otro, en
el más allá, en lo intangible, en aquello que no se ve pero que está presente
(incluso hay un apartado que se denomina así: «Presencias»), e invita a
emprender un viaje por la mente: «La mente también es irregular, nómada, como
los vagabundos, los beduinos o los navegantes solitarios. Somos materia y
energía, formas y fuerzas, naturales y sobrenaturales simultáneamente. No hay
dicotomías. Somos un viaje a través de un laberinto que aún no ha sido
enunciado».
La
mujer se presenta como una de las fuentes, de los imanes, de esas fuerzas del
otro mundo. Cuando se habla de la mujer en Paranormal
Colombia se hace referencia a un ser con otras cualidades, con ciertos
rasgos que hacen posible el fluir de la existencia. La mujer es una suerte de
médium entre lo de afuera y lo de adentro, entre la oscuridad y la luz, entre
el poder y el poder. Por otra parte, el arte, que siempre ha estado ligado a la
mujer, es fundamental en las relaciones paranormales que presentan los
informantes. Cada página tiene su tinte de escultura, de pintura, de música, de
literatura. Cada pensamiento de Mendoza se relaciona con lo artístico, con ese
acto de crear que, si se mira bien (y esta es una de las tesis más
sobresalientes), se empareja a las experiencias paranormales que se narran. Los
artistas son médiums que reciben indicaciones del más allá para sacar a la luz
aquello que, aunque no se reconoce como paranormal, termina siédolo más que
nada: la realidad colombiana y de nuestros países latinoamericanos.