LA
VORÁGINE: EL TORNADO DE LA SELVA, LA PASIÓN DESENFRENADA Y LA AGLOMERACIÓN
CONFUSA DE SUCESOS
Jhon
Monsalve
Leí
que la Vorágine era la novela de la selva.
Lectura que me pareció extraña porque, si bien es cierto que ocurre en
dicho espacio, no hay que dejar a un lado que el principal objetivo de su
escritura fue la denuncia del abuso que se venía llevando a cabo en las
caucherías del Vichada. No había leído la novela, pensé leerla pero no tan
pronto; uno de los motivos que tuve para avanzar en la lectura, tal vez más
rápidamente que mis compañeros de curso, fue el de comprender las razones por
las cuales el profesor había catalogado de ese modo la novela de José Eustasio
Rivera.
Vorágine,
según la Real Academia Española, en su primera acepción, es un “Remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar,
de los ríos o de los lagos”, pero después de haber leído la obra y de
comprender la razón del título, podría afirmar que más que un remolino es un
tornado, que se lleva todo lo que encuentra, que despedaza ilusiones y sueños.
Sí, es cierto, la denuncia que se hace es el objetivo de la
novela, pero su personaje principal o protagonista es la selva. Debemos
diferenciar muy bien la una de la otra: La vorágine es la novela de la selva del mismo modo que Cien años
de soledad es la novela de los
Buendía. Notemos, a partir de estos ejemplos, que el dativo en los dos casos antecede a los personajes más recurrentes y
no al objetivo de la obra en sí.
En la segunda acepción de la palabra vorágine, la RAE la define
como la “Pasión desenfrenada o mezcla de sentimientos muy intensos”. No hay que
negar que, tal como lo afirma Ayala Poveda cuando pone en paralelo esta novela
con María, La Vorágine es la novela del amor desenfrenado que ocurre en un ambiente
de vicios y pasión, donde sobresale la crueldad humana y los sentimientos
brutales. Y es verdad: ¿Qué mejor mezcla de sentimientos que aquella que
sobrevenía sobre los personajes cuando estaban en la selva?: la ilusión
perdida, la esperanza puesta en Clemente Silva, las ganas de asesinarlo, el
deseo de que viviera para que los sacara de allí. Además, la pasión con que
Arturo Cova hacías las cosas: con egolatría, con racismo, con odio, con afán,
con deseos de asesinar a Barrera, hacen de este personaje y de otros con
características semejantes (como Alicia, que huye; como Griselda que actúa, que
dispara; como Clemente Silva que busca a su hijo; como Zoraida Ayram y Barrera
que persiguen sus proyectos sin importarles el bienestar del que los rodea:
todos ellos actúan bajo la pasión desenfrenada de sus propósitos) caracteres,
como los llamaba Aristóteles, pasionales desenfrenados.
Según la RAE, en su última acepción, vorágine es la “Aglomeración
confusa de sucesos, de gentes o de cosas en movimiento”. Acepción que aplica
para el caso de la novela, porque en todo momento hay sucesos confusos que
giran en torno a lo que narran los personajes mientras están en la selva: los
indígenas asesinan, ellos (los perdidos en la selva) están
cansados, los trabajadores son explotados, ellos
pierden las ilusiones de salir de la selva, los niños son esclavizados en pro
de la extracción del caucho, ellos se
enferman de la selva y oyen a los árboles, a la naturaleza.
De esta manera, puede afirmarse que La vorágine es una novela que
denuncia la los abusos de las caucherías por medio de una narración que, en
todo momento y de una u otra forma, hace alusión a su nombre. José Eustasio
Rivera logra configurar perfectamente el nombre de su obra con los sucesos que
en ella ocurren: tornados, pasiones y aglomeraciones confusas.
BUEN DIA ..
ResponderEliminarEmilio Mora Villegas de MEdellin , para el año entratne en mi biblioteca desearía trabajar a lavoragine como una obra maestra que cumple 90 años de ser escrita
que puedes agregrar a ello
lo importante de dicho evento es que me gustaría una mixtura de ideas como es el caso algo de teatro, monólogo con la selva , desplazamiento forzado , extracto de la novela leidos en voz alta de manera majestuosa , comic de la novela etc
Es una novela hermosa que terrible. No es fácil leerla es recomendada, dicen, arrriba de los 15 años. La leí dos vceces y me enredé. a mis 55 años la entendí.
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