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martes, 9 de agosto de 2011

Reseña de Sueño de una noche de verano, de Shakespeare


Reseña de Sueño de una noche de verano, de Shakespeare
Jhon Monsalve
SHAKESPEARE, William. Sueño de una noche de verano. Bogotá: Editorial Norma, S.A., 2000.

Sueño de una noche de verano es una de las obras de amor y comedia de Shakespeare, en la que se relatan las situaciones antes de tres casamientos. El autor llena de fantasía su escrito con hadas y duendes y hace lo posible por un final feliz.

Desde el primer acto, el autor atrapa al lector en un mundo horizontal de letras que relatan los hechos precedentes al matrimonio de la realeza: Demetrio y Lisandro enamorados de Hermia, hija de egeo, que amaba al segundo aunque su padre quisiera que se casara con el primero. Este último fue a donde Teseo para que la ley cayera sobre su hija si le desobedecía. En un momento en que Lisandro y Hermia quedaron solos, decidieron huir a otro lugar donde su amor no fuese interrumpido. Helena estaba enamorada de Demetrio, pero él no le correspondía; así que decidió, para ganar puntos y compañía, contarle que los enamoraditos iban a huir… Aprovechó que Hermia, con el propósito de que se le fuera de la cabeza la idea de que pronto Demetrio se casaría, se lo confió.

Mientras tanto, Pedro acuña preparaba el ensayo del entremés que sería presentado en cuatro días en el matrimonio real. Eligió los personajes y los citó justo cerca del lugar donde Hermia se encontraría con Lisandro. Después, cuando el dramaturgo inglés da vida a lo irreal, aparece Titania la reina de las hadas, y un duende llamado Puck, siervo de Oberón que es pareja de la primera. Debido a que este último quería apoderarse de un pequeño crío que robó junto a su mujer y que está en posesión de ella, decide mandar a Puck a buscar una flor que había sido herida accidentalmente por una de las flechas de Cupido, cuyo jugo podría verterse en los ojos de cualquiera en el momento en que estuviese durmiendo. Oberón quería este líquido floral para que Titania se enamorase del primer animal feo que viese… y antes de quitarle el hechizo, él se adueñaría del pequeño indio. Oberón fue a verter el jugo en los ojos de su mujer y mandó a Puck a que hiciera lo mismo con un ateniense que rechazaba a una bella dama; claro está, se refería a Demetrio y a Helena, pero el sirviente se equivocó y el líquido fue a dar a los ojos de Lisandro, que durmiendo estaba a unos metros de Hermia. Demetrio había ido al bosque a impedir la cita de los enamorados, y Helena lo acompañó hasta que él la dejó. Sin culpa, ella despertó a Lisandro, y éste corroboró que el jugo sí funcionaba. Hermia se despertó, no vio a su prometido y se preocupó.

Puede percibirse que Shakespeare presenta, en este escrito, una obra de teatro dentro del mismo: los que iban a presentar el entremés ensayaban mientras Pedro Acuña los corregía. Puck miraba y, de un momento a oro, Telares, el que hacía de protagonista, apareció con una cabeza de burro. Todos salieron corriendo  asustados. Sin embargo, el cráneo de asno empezó a cantar para que sus amigos se dieran cuenta de que no lo intimidarían con sus supuestas mentiras acerca de su rostro… y despertó  Titania que se enamoró de él inmediatamente, y puso a sus servicio a sus duendes y hadas. Oberón regañó a Puck por su tarea mal hecha, mientras Hermia acusaba de asesino a Demetrio porque aún no comprendía por qué su amado la había abandonado. Ella se alejó de la pésima compañía, y Demetrio se quedó dormido; luego, el rey de las hadas vertió jugo floral en sus ojos para que cuando despertara viera a Helena que se acercaba seguida de su nuevo enamorado. Despertó, y volvieron a discutir los dos pretendientes, pero por otra mujer. Hermia llegó y se sintió como una vez se sintió Helena… y esta última pensaba que los tres se habían unido para jugarle una pesada broma.

Los hombres discutieron hasta el punto de irse a pelear, mientras Helena salía corriendo porque Hermia iba a lastimarla. Para enmendar sus errores, Puck debió oscurecer el cielo y representar a los dos pretendientes hasta que se alejaran y les diera sueño; Oberón fue en busca de Titania para arreglar lo del pequeño… Y se quedaron dormidos los cuatro enamorados: Demetrio cerca de Helena, y Hermia cerca de Lisandro, que había recibido ya otra porción de líquido en sus ojos.

Shakespeare continúa su relato y muestra que las hadas y los duendes obedecen las órdenes de Telares, y que después de que Oberón logró su objetivo, pudo con el capullo de Diana liberar a su cónyuge del hechizo de Cupido. Puck se encargó de quitarle la cabeza de burro a Telares, mientras éste dormía. Teseo y Egeo llegaron al lugar donde descansaban los cuatro futuros esposos, y después de no hallar explicación para lo sucedido se dirigieron al palacio, para casarse en grupo. En ese momento y con Telares ya presente, Pedro acuña y los demás se preparaban para la obra de teatro.

Por último, las tres parejas critican y analizan, mientras transcurre la historia, dirigida por Pedro Acuña, de un hombre que cree que su amada ha muerto devorada por un león, y que por eso se suicida con su espada. Luego, ella se despierta porque simplemente se había desmayado por el rugido del animal… se da cuenta de que su amante está muerto, y también se quita la vida.

“Sueño de una noche de verano” finaliza con la danza de las hadas y con los buenos deseos de Oberón. De esta manera, Shakespeare confirma por qué es conocido como uno de los escritores más célebres de literatura universal.

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