Reseña
sobre el libro Resistir a la violencia y
construir desde la fe. El caso de El Garzal en el Magdalena Medio, Colombia, de William Elvis Plata
Jhon
Alexánder Monsalve Flórez
Plata,
W. E. (2018). Resistir a la violencia y
construir desde la fe: el caso de El Garzal, en el Magdalena Medio, Colombia.
Universidad Industrial de Santander.
William Elvis Plata es profesor de Historia en la
Universidad Industrial de Santander (UIS). Desde su pregrado en la Universidad
Nacional de Colombia, enfoca los estudios de la Historia latinoamericana en el
hecho religioso, con el trabajo intitulado “Corrientes político-religiosas en
el catolicismo colombiano. 1820-1860”. Cursa su maestría en la misma
universidad, centrándose, esta vez, en la historia del catolicismo desde 1860
hasta 1880. Luego, en Francia, lleva a cabo sus estudios de doctorado;
específicamente, en este posgrado, analiza la vida y la muerte del convento
Nuestra Señora del Rosario.
Tales estudios otorgan al profesor Plata una
experiencia en el campo de la investigación histórico-religiosa que, con el
pasar de los años, es base para aceptar la dirección del Grupo de Investigación
Sagrado y Profano, de la UIS, institución de educación superior ubicada en
Bucaramanga, Santander, en donde actualmente vive junto a su familia.
El profesor William Elvis Plata también es tenido en cuenta para el desarrollo de investigaciones, tanto de entes públicos como privados, casi siempre centradas en el hecho religioso. Una de estas experiencias culmina en la escritura del libro aquí reseñado: Resistir a la violencia y construir desde la fe. El caso de El Garzal en el Magdalena Medio. La coherencia académica de este investigador y el trayecto que fácilmente se reconoce al leer su currículo da visos de rigurosidad y ciencia en lo que produce. Por supuesto, el libro sobre la resistencia desde la fe en El Garzal no es la excepción.
2. Objetivos e intencionalidad
Tras las líneas, se evidencia un propósito claro: describir el proceso de resistencia desde la fe de los habitantes de El Garzal con respecto a la amenaza de Barreto y de terratenientes por usurparles las tierras. No obstante, este fin merece la especificación de ciertos matices. Por ejemplo, aunque en gran parte se describe este proceso de resistencia, el autor también contextualiza histórica y espacialmente el fenómeno que describe. Además, se hace notoria una perspectiva crítica y analítica de lo expuesto, que sobrepasa el nivel de descripción. Se puede decir, entonces, que el autor describe y analiza, a modo de la mejor sistematización enfocada en un agente externo, el hecho sociohistórico de El Garzal en relación con la resistencia a la violencia y a la propiedad simbólica desde la fe. Eso sí: sin opacar ni cuestionar la narrativa de las víctimas.
3. Metodología y técnicas empleadas
Se retoma, en primer lugar, la última idea comentada
en la categoría referente a los objetivos: las interpretaciones del autor no
cuestionan la narrativa de los resistentes. Esto ubica la pesquisa dentro de un
enfoque de la memoria histórica, centrada siempre en los necesitados, en las
víctimas, en “los de abajo”. Tal enfoque permite una historia desde las
comunidades que han experimentado situaciones ante las cuales deben ser
resilientes. En la descripción metodológica del profesor William Elvis Plata,
no es explícita la teoría marxista, ni la de teología de la liberación, pero sí
lo es desde la perspectiva de Salvador, el pastor y líder social de El Garzal.
La metodología, por supuesto, depende del investigador y no de Salvador, pero
el solo hecho de querer rescatar la memoria y de exaltar los triunfos de la fe
de esta comunidad sobre conflictos sociales y políticos da el efecto de
mantener una posición crítica sobre los sucesos que narra.
Para formar la memoria histórica, el autor (con su grupo de trabajo, claro está) plantea diferentes técnicas de recolección de información: las historias de vida, los mapas de memoria, las entrevistas a profundidad y los talleres, los cuales son grabados y constantemente referenciados en el libro; además, se alimenta de diversos documentos de ONG que han estudiado el contexto y que, por ende, ofrecen marcos para una comprensión mayor. Todo lo anterior ubica a la pesquisa dentro de un paradigma sociocrítico de las Ciencias Sociales y dentro de un diseño etnográfico asincrónico y de revisión bibliográfica recurrente.
4. Fuentes primarias
Salvador Alcántara es el informante por excelencia. No obstante, la familia y la comunidad de El Garzal también participan. Se realizan entrevistas a profundidad en grupos focales, talleres y actividades de mapas de memoria. Se utilizan también documentos de base hallados en plataformas virtuales de ONG que estudian el contexto e, incluso, el investigador graba en audio una de las asambleas religiosas orientada por Salvador.
5. Base de las fuentes secundarias (bibliografía de apoyo)
Es amplia la bibliografía que utiliza el autor a lo
largo del libro, pero se puede dividir en dos grandes categorías: 1) libros y
textos científicos enfocados en historia de la violencia o de la resistencia
social en Colombia; y 2) libros y textos académicos referentes a la relación
entre iglesia y violencia. En el primer grupo, se encuentran documentos como el
de Fernán González: “Colombia entre la guerra y la paz. Aproximación a una
lectura geopolítica de la violencia colombiana” y como el de Hurtatis Espinosa,
relacionado con la resistencia campesina frente a los proyectos latifundistas
en el Magdalena Medio; en el segundo grupo, se hallan archivos como “Ciudad,
Migración y Religión”, de Demera Vargas, o “Identidad y religión en la
colonización del Urabá antioqueño”, de Ríos Molina.
El libro está estructurado en quince apartados, fuera
de la introducción y de las fuentes. Los capítulos son breves, lo cual motiva a
realizar la lectura de manera seguida, luego de finalizada una sección; además,
algunas páginas contienen mapas elaborados (como técnica dentro del proceso) y
fotografías de El Garzal. De estos apartados, cuatro están inmersos dentro de
una categoría mayor: la resistencia. Justamente, el título del libro inicia con
la palabra “Resistir”; es decir, parte de la esencia del texto está incluida en
estas cinco secciones. Es pertinente iniciar por aquí. El autor aborda aspectos
relacionados con el proceso de resistencia de los habitantes de El Garzal; no
era sencillo luchar por la titulación de tierras y no dejaba de ser arriesgado organizarse
socialmente. Sin embargo, inician y mantienen como grupo una orientación hacia
la justicia, apoyados enteramente en su fe.
A lo largo del libro, la fe, la religión y Dios son
constantes. El autor sabe tejer los hilos descriptivos y argumentativos con el
hecho religioso. Después de leer sus páginas, queda claro que el éxito de la
propiedad de tierras y de la tranquilidad social se debe a la fe que profesan a
Dios, desde las iglesias de la comunidad. Así, como si fuera una obra
garciamarquiana, Salvador Alcántara dirige a su comunidad, mientras cede su
poder a otros líderes. La gente cree en Salvador, sigue a Salvador y lo
configuran con un salvador del pueblo. Aboga por los habitantes, construye
lazos de afecto con ellos y se enfrenta al mismo Barreto para evitar exilios.
El autor, así tal cual crónica de Leila Guerriero,
escribe un perfil bien logrado de Salvador, siguiendo el estilo de todo el
libro: la vida de Salvador fluye entre el mar de líneas, a la vez que Plata
construye la historia de la violencia en Colombia. Es sobresaliente la
habilidad del autor para describir en tan pocas páginas y de manera tan sencilla
y amena decenas de párrafos que resumen, sobre todo, la historia del siglo XX
en relación con la religión en Colombia y la violencia.
El contexto paramilitar, de guerrillas y de la
Violencia en general es abordado de forma ágil; el lector puede ser parte del
libro, gracias a las descripciones detalladas del contexto, del río, de las
alusiones a la naturaleza. El lector se ve inmerso en una diatriba: entre las
bellezas de El Garzal (y su gente) y la impotencia de recordar la historia
triste que se ha construido en torno a ciertas localidades como esta.
La fe mueve a los habitantes, hasta el punto de quitarles el miedo. No temen. Tienen el apoyo de Dios. Incluso, Este los protege: hace temblar a los que se aproximan a hacer daños, a matar o a usurpar. Las entrevistas realizadas dan cuenta de la coherencia ideológica entre los habitantes de El Garzal con respecto a su creencia y su práctica. No son gratuitas, por ejemplo, las críticas que, desde la Iglesia cuadrangular, hacen a Salvador: una iglesia que normalmente se ve alejada de asuntos políticos tiene un pastor que aplica, sin saber de términos, una versión evangélica de la teología de la liberación.
7. Conclusiones
El apartado final del libro tiene como título “La fe”. No hay conclusiones, propiamente hablando, pues cada capítulo o sección se concluye de manera independiente. Sin embargo, dice mucho que el autor culmine con la fe haciendo alusión con ella al motor principal de la resistencia de los habitantes de El Garzal. Se citan las entrevistas en donde queda clara la percepción de los informantes sobre la fe, sobre la relación de esta con la sanación, el amor y la justicia social.
8. Comentarios generales
Esta reseña inició con la coherencia académica del
autor. Se retoma este aspecto con el fin de exaltar la rigurosidad del libro
mezclada con un ritmo y un estilo amplio para un público diverso. No cabe duda
de que el tema invita a la reflexión sobre varios aspectos sociales, pero,
especialmente, dos de ellos: la violencia sistemática en algunas zonas del país
por parte de grupos armados y el poder mítico, místico o real de la fe en Dios.
El segundo ataca al primero, pero solo logra vencerlo cuando se piensa social y
políticamente; es decir, cuando se configura, se planea o se ejecuta un plan de
acción en nombre de Dios y mediante la fe.